lunes, 31 de diciembre de 2007

Jigsaw falling into place (o buenas cuerdas de año nuevo)

“Just as you take my hand
just as you write my number down
just as the drinks arrive
just as they play your favorite song
as the magic disappears
no longer wound up like a spring
before you've had too much
come back and focus again.

The walls abandon shape
you've got a cheshire cat grin
all blurring into one
this place is on a mission
before de night owl
before the animal noises closed circuit cameras
before you're comatose.

Before you run away from me
before you're lost between the notes
the beat goes round and round
the beat goes round and round
i never really got there
i just pretended that i had.”




Nunca pensé que una canción explicaría tan bien el año que pasé como ésta (y eso que la letra no está completa). Y nada, pues. Diría cosas como “el año que pasé fue genial” o “prometo dejar de fumar o beber tanto” pero “año nuevo” es demasiado cliché para mi como para ponerme metas, hablar de los altibajos, prometer no cometer los mismos errores o nominar personalidades y eventos, o cosas por el estilo. Y yo no soy nada cliché.



sábado, 29 de diciembre de 2007

Una y seis.

Con lo que queda de mi labio roto te diría cosas como, no sé.
Todo debería acabar con un romántico suicidio que delicadamente espante a las muy pocas prostitutas que rodean todo, todo.
Y sí, me fui dando al miedo delicioso y a la noche, pero nunca sola - oh no. Media botella después y era no habida en cincuenta condados a la redonda (¿o eran acaso cuarenta y nueve?). Buenas noches.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Cuarta o vencida.

Tan solo unos minutos pasaron y por la esquina se asomó una silueta conocida: era Eduardo. Él leyó mi mirada y entendió de inmediato lo que ocurría, incluso más rápido de lo que creí. Sin más, nos levantó y llevó dentro de la fachada coral rústico, dejando a Gabriel en el sofá verde petróleo que había en la salita.

Al instante en que cerró la puerta, Sergio Martín bajó apuradísimo las escaleras, cuando de pronto se quedó estático al encontrar tremenda escena: Gabriel en el sofá, su amor platónico tumbado a su costado y la mirada de Eduardo –tan urgente como desconsolada– lo decía todo: había muerto, o al menos eso parecía.

FIN. (O no, no sé, se supone que era un cuento de esos que se hace en el colegio para algo así como los juegos florales, y dadas las escasas dos horas que te daban para redactar eso fue lo que "salió")

Ah, nunca supe si Gabriel era hombre o mujer. Supongo que cuando sea grande y tenga muchísimo más tiempo libre del que ahora dispongo para extenderme con Gabriel será una pequeña novelita.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Voy a perder la cabeza por tu amor (o aparente pérdida de tiempo)

Cuando yo creo que estás en mi poder,
tu te vas soltando, te vas escapando
de mis propias manos,
hasta ese día en que tu quieres volver
y otra vez me encuentras enfadado y triste,
pero enamorado.


A veces pienso que es sólo perder el tiempo, todo y todo (contigo). Otras, no sé, creo que siempre mi mente termina engañándome para que piense (en ti), como cuando, por ejemplo, desperté de una siesta esta tarde y vi la pared de ladrillos de un color naranja ardiente, y recordé lo que había soñado que de alguna forma se relacionaba a... bueno, ya sabes, ¿no?

Sé de facto que quizás y es un poco enfermo todo esto, y el hecho de que te vaya a ver eventualmente me quita un poco de "fe" (Lima se ha vuelto real e incómodamente pequeña para mi, minúscula, como la única pasa que quedó del panetón navideño) pero se supone que así es la vida, y así funcionan las cosas. No sé, si fuera tan fácil decirte cosas como:


¿Qué música tan indecente se columpia entre tus manos?
¿En qué primorosa lluvia se remoja tu cabello?

Te veo y tiemblo, David¹.


Y me repito nuevamente:

¿A qué estamos jugando?

Ojalá y sea algo como Texas Hold'em, no sé. Casi siempre me toca una buena mano.


¹Página 23. Nuevos Poemas Italianos. Renato Cisneros.
Note to self: No te cases jamás con un escritor, jamás.

La tercera que no era vencida.

Fue uno de los besos más extraños de toda mi vida cuasi-adolescente. No supe si contenerme o alejar a esa extraña persona que, en un momento de vacilación, tomó a mi boca como rehén. Sentía su sufrimiento, claro que en un porcentaje menor, y eso era lo que dolía más.

Esa tarde quedará clavada en mi memoria como la más latente, la más muerta, la que disfrazada de sombras se dejo ver. No tengo cómo explicar con palabras lo que paso a continuación: Gabriel yacía inconsciente en mis brazos, y ambos empeñados en el suelo de la vereda.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Y la parte dos.

Gabriel aun tenía la inmadura edad de dieciséis, asistía regularmente a su buen colegio Markham. A veces regresaba a las dos de la tarde, otras veces a las cuatro, pero siempre regresaba. Su hermano no tenía hora de salida ni llegada – supongo que eso era lo que me gustaba más de él…su libertad. A pesar de que Sergio Martín tenía infinidad de enamoradas, sólo recuerdo que le haya sido fiel a una: Vivi. Ella era alta, morocha, potoncita…sus ojos inspiraban sexo; sus piernas, deseo. Era la única frecuente de esa fachada coral rústico, además de Eduardo, claro está. Él, siendo el mejor amigo de Sergio Martín, venía tres veces a la semana por mi calle, se amarraba los pasadores en mi ventana, y seguía de largo.

Una tarde me hallé conversando con Gabriel en la esquina de la calle a eso de las cuatro y treinta y dos. Me contaba sus problemas – supongo que era más fácil contarme sus cosas simplemente porque era yo, su amiga. Tenía tantas cosas en la cabeza que apenas podía hablar, de sus ojos brotaban lágrimas, abría la boca y… Era todo tan árido que no pude evitar pensar que Gabriel quería morir.

Y su alma estaba realmente entercada con tremenda decisión. Recuerdo como una lágrima encontró mi boca – era tan salada que me pareció mas un trago amargo que un llanto gris. La forma en que me decía lo inútil de su vida era tan convincente que no encontraba palabras con qué refutarle…jamás me había pasado esto. Miento. Era la segunda vez en el mes que ocurría, la primera fue con Eduardo, y no encontré motivo alguno por el cual negarme a su tan apetitiva invitación, la otra la tengo en la cara, a flor de piel. No sé que hacer, cómo moverme e incluso cómo hablar. Gabriel me tenía entre su espada y mi pared.

martes, 25 de diciembre de 2007

Gabriel decide morir (Pt.1)


No sabría como comenzar esta historia. Aunque todos las conocen, se hacen los “locos”. Es más fácil olvidar una historia triste que una feliz. Así que, sin más, comenzaré y no pararé hasta que se recuerde la sombría tarde en la cual Gabriel encontró el fin de toda vida, el máximo secreto del mundo, la cruda verdad del destino, y decidió morir.

Gabriel no era más que un alma errante, colocada estratégicamente por el universo en una paralela a la Avenida Larco, en una casa de dos pisos, pintada de un coral rústico que no llamaba la atención, con tres jardincitos justo al frente de la puerta del garaje. Además, desde afuera, limitaba a todo observador, con amplias cortinas –jamás abiertas y empolvadas– que dejaban mucho a la imaginación. Tenía un perro, algo fino y labrador. Siempre lo escuché ladrar al camión de la basura, me molestó el hecho de que no parara de aullar a la luna cada vez que había una –y es que nunca tuve un perro, pero si hubiera tuviera uno alguna vez, hubiera querido que fuese como él (del cual no recuerdo el nombre, pero me gusta mencionarlo cada vez que puedo).

En fin, no toda la cuadra estaba tan al pendiente de la fachada coral rústico como yo. Siempre había estado al tanto de Gabriel más que nada por su hermano Sergio Martín. El tocaba la batería como los mismísimos dioses y, aunque digo esto con un cierto tono de ironía, jamás pasé una tarde entera sin escuchar sus baquetas arremeter contra algún platillo, tratando de evocar los solos de John Bonham. Ése era Sergio Martín, y esa era su batería.

lunes, 24 de diciembre de 2007

No surprises.



Eso... eso. Y que ojalá no se queme ningún pavo.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Flowers (o como Emilie Simon me salvó la vida - yet again)

i want to buy you flowers
it's such a shame you're a boy
but when you are not a girl
nobody buys you flowers
i want to buy you flowers
and now i'm standing in the shop
i must confess i wonder
if you will like my flowers
you are so sweet and i'm so alone
oh darling please
tell me you're the one
i'll buy you flowers
i'll buy you flowers
like not other girl did before
you were so sweet
and i was in love
oh darling don't tell me
you found another girl
forget the flowers
because the flowers
never last for ever
never last for ever
never last for ever
my love


Ingeniosísima Emilie, definitivamente. Busqué tanto alguna canción que expresara sincera y realmente lo que tantas veces no puedo (ni pude) decirte a la cara (por 'x' factores de sombrero) que finalmente di con una precisa, o al menos eso me dice mi botón derecho desde esa cosita que usualmente se usa para poner los aretes y cosas por el estilo. Ojo que es la primera vez que pongo una canción entera eh, ojo.

Si eres inteligente asumo que te darás cuenta de la evidente evolución de la letra, y si no pues... Feliz Navidad.
PD: recomiendo altamente escuchar a Emilie.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Lo sé, a veces vergüenza.

Si esto fuera una confesión, seguro comenzaría con algo como… no. Quizás fue a la segunda o tercera vez que viajamos juntos por pura coincidencia o casualidad que te miré de cerca, no como los cíclopes, pero tal vez sí como lo suelen hacer los halcones antes de avalancharse sobre su presa: estudiando de lejos cada movimiento, concentrando toda su energía en el par de penetrantes pupilas que siguen sus corrientes sanguíneos latentes e imberbes. Te miré desde el asiento que suele ser el favorito del cobrador de mis tigres de la quinientos veinticuatro mientras jugaba con mi pelo, mirándote a los ojos. Sí, en el hábitat de los quinientos veinticuatro tú eras algo así como la presa y yo el halcón, o quizás yo la más ávida de las presas y tú el más despistado de los halcones. Tú respondiste con la risa más pícara que he podido ver a una hora tan incierta como las seis y cuarenta y dos de la tarde, como si de pronto jugásemos el mismo juego animal, al ritmo de una canción animal y en pleno temblor. Y así, entonces, diría: “A ver si te crees capaz de atrapar a alguien hoy, eh halcón. Esquina del Polo bajan.” – claro, siempre y cuando esto fuera una confesión, entonces comenzaría con algo como… no.

La Verónica (o como de risas y gritos callasen silencios)

Roma no estaba tan mal,
debo admitir nada mal
algo mantiene el hechizo pensó,
y se dejó llevar por un tipo
que bajaba solo por la calle del calvario
plano secuencia real, solo debo caminar.


Inhala. Era el tiempo delicuescente, algo como un muy elegante chocolate o un tenue paseo de columpio. Y algo así como cien letras y humo empezaron a dar vueltas sobre el encorvado y robusto árbol que se había decidido por prestarnos una cautelosa sombra mientras nos dábamos trescientas treinta y tres veces de narices con aquel buen estupefaciente procurado por un polaco. Risas. Terribles y disonantes risas emergían de sus bocas, sin pleno o previo consentimiento. Era la mejor hora del verde heno, definitivamente. Nunca antes fue tan necesario, entonces, escuchar su voz y hacerle saber lo terriblemente bien que la estaba pasando sin su execrante moral, tan tajante y difusamente reprobable como cualquiera que hubiese vivido la bonne folle vie. Y con una de esas radiofónicas cosas di en el blanco. Exhala. "Aló, ¿quién es?" - dijo. Atiné a fumar, y reir - "la bonne folle vie, Verónica".

domingo, 9 de diciembre de 2007

Música ligera (o de como los vi volver)

P estuvo entre una multitud, mojando la alfombra con sus sueños de vivas.
P fue flotando por el río, descansando en la corriente.
P durmió al calor de las masas.
P tuvo labios prohibido, vestido escotado.
P fue un espía, un espectador.
P se acostó, levantó: no pudo seguir así, oh no.
P al menos sabe que huye porque ama.
P se fue desnudando con cada sonido.

A P la llevaron hasta el extremo, en el juego de seducción.
A P todo le pareció tan susceptible.
¡Oye! A P no le hicieron falta vitaminas.


En realidad fue demasiado, como que tuviste que estar entre la multitud del estadio nacional el ocho de diciembre para entender lo grandioso que fue ver a Gustavo, Zeta y Charly juntos. Wooho.
Me duele todo, todo. Y me quema la cara, y los brazos que dejaron su crudo color y están al fucsia vivo, pero qué chucha. Ah, lo que le "jodió" a P fue no usar su cabeza como un revólver, ni ver que es amor lo que sangra desde el cielo en la cúpula.

Gracias totales, eh.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Rayando tachuelas (o borrando cómicamente tu nombre)

La cosidad es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina nuestra presunción empieza nuestro castigo, ser patológicamente sensible a la imposición de lo que lo rodea, del mundo en que se vive, de lo que le ha tocado en suerte para decirlo amablemente, en una palabra, le revienta la circunstancia, más brevemente, le duele el mundo.
Rayuela, Julio Cortázar.

La cosidad, cosidad rara. Se me ha dado por tomar té verde últimamente, no sé por qué. Dicen que es bueno, y que te ayuda a no sé qué y que te hace quemar no sé cuántas cosas que tengo (?) adentro (léase calorías, o cosas por el estilo). Hay otras cosas adentro mío que quisiera quemar tantas veces como fuese necesario para tacharlas, olvidarlas, matarlas, suprimirlas, borrarlas y desaparecerlas finalmente, soplando las cenizas claro está – pero no encuentro la forma de hacerlo, no. Y me veo todos los días gastando papeles recordando el mismo nombre: cuatro consonantes y una vocal… qué terrible pues, odio la monotonía vocalesca de su nombre, pero no puedo evitar pensar en él debido al estúpido mes que me toca vivir, malditas sean festividades navideñas. Cualquiera diría cosas como “qué paranoica estás” o “estás demente”. Sí, suelo ser un poco paranoica y demente, lo admito, pero sólo para balancear mi multifacética personalidad (nadie dijo que sería fácil entenderme, menos aún cuando carezco de manual alguno).

En resumidas cuentas se supone debo estar algo así como extasiada dada la magnífica fecha de mañana que esperé durante toda mi semana de finales, enfermísima y demás, PERO, pero, pero, pero, pero! no me ha tocado la suerte para decir amablemente que me revienta de sobremanera la circunstancia, más brevemente, me duele creerte muerto. Creo que soy patológicamente muy sensible a tu forma de... no, no - nada que tenga que ver contigo. Soy patológicamente muy sensible a la idea de ti (creo que debo borrar cómicamente tu nombre).

Nada más.

martes, 27 de noviembre de 2007

Lullaby. (o instrucciones para jugar al cíclope)

“His arms are all around me
and his tongue in my eyes. 'B
e still, be calm,
be quiet now, my precious boy, don't struggle like that
or i will only love you more'


Abre. Abre los ojos. Perfecto, ahora ciérralos. Vuélvelos a abrir, espera – ciérralos de nuevo.
Ábrelos, mira hacia abajo. Ahora muerde tu labio inferior –todo mientras miras abajo– y lentamente regresa la mirada hacia sus ojos. Deja de morderte el labio y sonríe para un lado (mirando hacia donde guíe tu boca ahora).
Aspira una bocanada de humo suave, con los ojos cerrados, y mientras lo haces piensa en el lugar más recóndito en el que quisieras estar: bota el humo.

Llegó el momento, sí. Entre riñas de pestañas trata de que tus ojos hablen en lugar de tu boca. Muérdete el labio inferior, y pon dos dedos encima de tu boca. Mira hacia abajo. Pestañea. Míralo de nuevo. Juega con tu pelo, y coge el lóbulo de la oreja que prefieras.
Frunce el ceño de manera pícara, con media sonrisa. Bien, vas bien.

Pregúntale si te mira, te dirá que sí. Ahora acércatele. No, más de cerca. Más, más. Sí.
Pregúntale ahora si de cerca te mira, te responderá afirmativamente igual.
Dile que cada vez más de cerca, y que llegó entonces la hora de jugar al cíclope.

Dato adicional: la canción precisa para jugar al cíclope es la del título de hoy.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Comfortably Numb (o como treinta y ocho me quitó todo lo apetecible)



There is no pain, you are receding
a distant ships smoke on the horizon
you are only coming through in waves
your lips move but I cant hear what youre sayin
when I was a child I had a fever
my hands felt just like two balloons
now I got that feeling once again
i cant explain, you would not understand
this is not how I am
i've become comfortably numb
.


Y ahora, la breve crónica de mi resfrío.


Viernes

11 am:
Creo que estoy algo enferma, la verdad no sé. Quizás sólo sea un poco de alergia, o algo así. Sería imposible, y de muy mala suerte, enfermarme a vísperas de finales. Qué importa, debo ir a la casa de Fiorella a estudiar para el maldito final de constitucional.

4 pm:
Tomé prestado el rollo de papel higiénico de Fiorella que parece sí estar toda enferma, ojalá no me contagie y se me quite esta porfiada constipadez (sí, inventé una palabra para mi estado crítico de mocos en la nariz e imposibilidad de leer). Ah, más terrible no me puedo ver, creo que si no conociera bien lo que tengo diría que me voy a enfermar.

11 pm:
A decir verdad, la “alergia” de la mañana parece no irse, creo que mejor esta noche dormiré con medias para evitar cualquier “posible resfrío”, aunque tengo calor y no sé por qué estoy sudando tanto si afuera hace un frío terrible. Qué asco me dan estos cambios de clima.

Sábado

6 am:
Maldición, no puedo hablar, y la garganta me duele terriblemente. La susodicha constipadez no se me quitó durante la noche (malditas sean, medias inservibles). Me duele todo, todo. Tengo frío, y calor, y sudo como la csm. Creo que estoy resfriada, demonios. No importa, debo ir a la universidad…¿qué tan difícil puede ser estar en mi clase de penal y luego dar un final de constitucional así?

8 am:
Llevo una hora en clase de Penal, dividida en cuartos dada mi lamentable situación de salir a sonarme los mocos en intervalos de cinco minutos. No entiendo un carajo y quiero que todo termine rápido. Sí, rá-pi-do.

9 am:
La fiebre regresó, o al menos eso creo. Sí, dos personas confirman mi calentura, mi maldita calentura. ¿Por qué enfermarme justo hoy? No entiendo a mi cuerpo, realmente NO lo entiendo.

10 am:
Por fin, el final de Constitucional. Al menos al terminar esto podré ser libre un par de días antes de seguir con la masacre de exámenes. Achú –salud– Eh, gracias.

11 am:
Ha sido uno de los mejores exámenes de mi vida, pese a mi estado deplorable de salud. Debo agradecerle infinitamente a la picardía del buen amigo del no tan buen enamorado de mi no tan cercana amiga, sí. Un poco difícil de explicar, pero sólo diré eso.

12 pm:
He recibido por fin la nota de tarea académica del curso de la anterior hora, y me han propuesto ir por un helado. Helado. Sonará estúpido, pero cuando escuché esa palabra se me fue todo lo malo y acepté ir gustosamente.

12:30 pm:
Acabo de comer el McFlurry de Oreo más rico de la vida, pero empiezo a sentirme un poco constipada. Demonios, demonios, demonios. ¿POR QUÉ CARAJOS COMÍ HELADO? Siento una fría gota de sudor corriendo por mi espalda: me he cagado.

4 pm:
Me siento cagada, soy una imbécil

11 pm:
Nunca debí haber comido ese helado, por más rico que estuviera. Me muero por ir a Sargento, y por la puta madre que no puedo ir. Al menos no soy la única enferma por aquí.

Domingo

7 am:
Los mocos no me han dejado dormir, y creo que tuve fiebre toda la noche. Esperen. Mi madre lo corrobora: tengo treinta y ocho grados, igual que todo el fin de semana. Creo que me voy acostumbrando a esto del calor incesante y el frío de a pocos.

11 am:
Un poco de té con limón, y una que otra tostadita.

1 pm:
Algo de caldo de pollo y, CON DOS DÍAS DE RETRASO, un par de panadoles antigripales. Me dicen que Sargento no estuvo tan bueno, al menos eso me tranquiliza un poco y calma mis ansias de salir.

3 pm:
Creo que las pastillas me han dado sueño, no pienso leer un carajo. Regresó el sudor frío, y sigo muriendo de sed.

9 pm:
Maldito resfrío, te odio. Te odio. TE ODIO. Empiezo a creer que soy inmune a los panadoles antigripales, dado que no me han hecho UN carajito. Al demonio con todo.

martes, 20 de noviembre de 2007

El cuerpo mudo que habla, y habló.

Era un tanto evidente: ella no sentía lo mismo. Y eso mismo que hasta hace como tres meses le movía el suelo, y le quitaba el aire, y la hacía cantar y hacer bailes graciosos sobre-sitio, ya no le producía emoción alguna. La subjetividad innata de este sujeto que la acogía de noche, todas las noches, la abandonó. Él no tenía ya mayor trascendencia para ella. ¿Malo? No. ¿Bueno, acaso? Tampoco. Él la hacía bailar sobre-sitio, y cantar, y quitaba su aire mientras le movía el suelo, el puto suelo.
Todo es estructuras, ruidos, vacío y música. Él era música.
Música en la que no valía la pena pensar.

Ya no puede leerse como el más serugiranesco de los textos, no. Bocanada de humo, y ya. Chau, mi amor - te espero arriba.

No hay otra manera de enfocar su libertad que condicionando su naturaleza. ¿Por qué hacerla reir? ¿Por qué malacostumbrarla a un ritmo ilusorio? En serio, ¿por qué?. Él se niega (y negará) rotundamente a explicárselo, lo sé de facto. Habrá que preguntárselo a Pepé, y quizás se remita a mover el rabo, y salir corriendo. Que termine todo, nos fuimos.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Ah, Björk.

and if you believe in dreams
or what is more important
that a dream can come true
i will meet you


Lunes, martes.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco,
seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece.
Martes trece.

Fue algo así como esperar más de seis (seis veces seis) horas parada, y a veces sentada, en la colita que se bifurcaba entre trescientos siete y doscientos setenta y algo. Y la gente que llegaba, y la gente que saludaba, y las risas y los cigarros y la comida.
Las cinco, las seis, las siete.
Las siete, y a entrar. Y a correr.

Y a esperar, y a gritar, y a reír.
Y los tantos “no puedo creerlo, no puedo, no puedo”.
Y los excesivos “no quiero más, me duele t-o-d-o, al demonio, me voy”
Y las siete y media, y las siete y cuarenta y cinco, y las ocho, y las ocho y media.
Y las ocho y treinta y cinco, ocho y cuarenta, ocho y cincuenta. Sin flash, por favor.
Y las nueve. Y Björk.
Y todas las canciones, y sus saltos, y las sonrisas, y todo lo demás que ya sabes: o porque lo leíste en otro lado, o porque bien estuviste allí.

Y la casi hora y media de sudor, y apretones, y falta de aire, y calor sofocante. TODO fue grandioso. Definitivamente el mejor concierto al que he ido, después del de Rogelio Aguas.


viernes, 9 de noviembre de 2007

Ojos de cuatro y media.

Eran las cuatro y media de la madrugada, y Paola abrió los ojos sin motivo alguno. ¿Qué chucha hacía con los ojos abiertos tan temprano? No tenía la más puta idea. Ella sólo los abrió, miró la hora en su celular, y volvió a cerrarlos. Y se repitió el acto media hora luego lueguito, e incluso cuarenta y cinco minutos después más tardecito. Maldito viernes.
Cuando por fin sonó su despertador a las seis de la mañana se levantó, caminó hacia el baño con un ojo cerrado/el otro abierto y cargando la no tan pesada radio que usa cuando se baña (porque esa mañana se iba a bañar).
Y la prendió, y se aseguró de que hubiese una toalla en el perchero.
Y se desvitió de pocos. Despacito, despacito cada botón.
Y luego una media, y luego ya no sé.
Entonces se metió a la ducha, y cantó "Mr. Jones".

"Mamá, llévame - Como jodes oye."

No sé por qué Paola gastaba papeles esforzándose por llegar temprano los viernes, realmente no lo sé (y tampoco quiero hacerlo).
Ignoro, también, la increíble caraduría de singulares sujetos.
Está harta, bastante. Ah, bastante es poco.
Si tuviera una última sola cosa que decirte, creo que sería algo como "Don't give me that goody good bullshit". Y todo por levantarme a las cuatro y media de la madrugada. Maldito viernes.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Las cosas que hace un cerro.

Eran ya como las dos y dieciséis de la tarde, y Paula estaba al frente de su no tan viejo monitor con ganas de escribir. Habrá sido quizás el poco sol, o el poco frío, o acabar de almorzar, pero quería escribir un rato. Y se antojó de un poco de Velvet Underground, y de Heroin.
Entonces empezó a escuchar la canción, y a medida que se acrecentaba al ligero sonido punzante, los acordes empezaron a coquetear con su cabeza, y recordó todo. Todo. Todo. El hilo blanco que despedía su ya no tan entero cigarro le envolvía en algo así como tranquilidad. Y la canción, claro, la tenía en un trance. No, miento. Paula no entraba en trances sino cuando iba a dormir (pero sólo a veces). Heroin, be the death of me.

Se dio cuenta de que le hacía falta algo, pero sólo esa sensación de falta. Paula rara vez sabe lo que quiere, pero ésta vez sí: quiere irse. Irse, y tener miel sobre los párpados y despertar entre blanco, blanco, blanco. Blanco y frío. Y navidad.
"Nos vamos a Chicago, eh" - botó el humo que quedaba de su última pitada, y lo apagó.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Cincuenta y siete antojos de domingo.

Ese domingo Paula despertó con unas ganas casi diabéticas de comer brownies. Pero no cualquier brownie, sino de esos que tenían una envoltura roja y letras muy graciosas. Así que se levantó de la cama (de costado, como siempre), se puso un jean, un polo, una polera y finalmente sus fieles converse negras de graffiti rosado. Ella estaba lista para todo, y todo de todo eh.

Salió de su casa. Cerró la puerta. Demonios, se olvidó de las llaves. Ah no, allí están.
Entonces caminó la recta de su cuadra, sí, la medio gris por el smog de los autos y demás. Caminaba, y miraba el suelo: veía sus pasos, sus cortos y largos pasos, y el rastro algo invisible que dejaban sus pies, y lo poco/mucho que (aún) le dolía la pierna derecha. Maldita pierna derecha. Maldita.

Todavía faltaban como unas seis o siete cuadras más, y ella decidió antojarse de un cigarro. Pero sólo de uno, y porque lo encontró de pura casualidad en el bolsillo trasero de su polera. Entonces lo encendió, y la primera bocanada de humo fue tan deliciosa como el primer mordisco que imaginaba le daría al maldito brownie que la había hecho levantarse de la cama en una hora tan estúpida como puede ser las nueve y cincuenta y siete de la mañana, un domingo de nueve por la mañana, una mañana de cincuenta y siete antojos de domingo.

Se me antoja un brownie de envoltura roja. Adiós.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Acto final (o como la tentación de ir por el vino se acrecenta)


Y entre hojarascas de miel,
rayos de sol,
agotada lluvia,

y nubes naranja
abrió los ojos





Ella los abrió, y todo le pareció increíblemente distinto a cuando los cerró por última vez.
Su boca dijo: “mon dieu, il est morte (pour moi)”
Su cabeza pensó: “a lo mejor debí cambiar esa estación”
Y cerró los ojos. Sol. Una astilla, o dos.

Él iba caminando por una larga y verde avenida, inanimada. Y sintió como de golpe un vacío dentro de sí. Y gritó tanto como pudo pero nadie escuchó su voz, ni sus gemidos, ni el latido incandescente de su pulgar derecho, al cual le había entrado una astilla. Dos, fueron dos.

Él la había dejado ir por cognición propia.
Hace mucho fueron tan compatibles en naturaleza como la pura perdición de un laberinto.
Hace no tanto ambos dijeron cuatros o seis cosas, y ella palideció y se entregó a mil vidas, todo mientras él se alejó a seguir vegetando muy putamente su prostituta existencia.

Una astilla. O tal vez dos.
Quizás es lo que necesite para quitarle la voz.

domingo, 28 de octubre de 2007

Franz (o como "qué bonita, qué bonita")

No tengo mucho que decir
Yo soy una canción para tí
No tengo mucho que decir
Yo soy una canción para tí

No tengo mucho que decir
Yo soy una canción para tí.


Me miras. De cerca me miras. Cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope. Ah, pero no.
Me mirabas. De lejos me mirabas. Siempre de lejos, y entonces jugábamos a que me mirabas y yo ocasionalmente miraba en tu dirección de reojo.
It's been a long time, been a long time, been a long lonely lonely lonely lonely lonely time. En realidad ni mucho "lonely" eh, pero sí mucho, mucho tiempo. Hasta ya me preguntaba qué habría sido de tu vida, nunca tanto como "fácil murió", ni nada por el estilo, no. Qué bonita, qué bonita.

De llegar a algo así como trescientos setenta y cuatro de Alcalá, tocar dos timbres y abrir la puerta, entrar a una tenue sala y saludar a mitad de presentes. Antojarse de pequeños (en realidad grandes) bocaditos chinos e ir a la cocina muy secretamente a comer t-r-e-s. De nuevo antojarse, esta vez de helado y cigarros, y caminar con Ms. Gaia por una larga recta de parque, dos cuadras a la izquierda (¿está bien por aquí no? - Sí) y defrente, y el Rancho, y "por favor cuando no vengan carros".
Y grifo, quiero un jet, espera, ya me antojaste de un frío rico, ah, y mis cigarros pues. ¿Eso es todo? Sí. No tengo cambio de veinte, pero sí de diez (lo que me recuerda que le debo algo así como un sol ochenta a Ms. Gaia).
Y subir una cuadra a la casa de "Lucro" y esperar un rato terminando el jet, y el antojado frio rico (de trufa eh) en su sala, culminado todo con su llamadita y "ya iré a la reu, voy de regreso del Claretiano - oye y la china? - No, no sé".
Y otra vez a salir, cerrar puertas, cruzar pistas, seguir dos cuadras, la línea recta del parque (y la muy chistosa casa anti-halloween). Ding-dong. Hola de nuevo. Qué bonita eh, qué bonita.

Lo que sigue no es muy claro, o quizás sí, ya ni sé. Recuerdo haberme antojado terriblemente de un whisky on the rock's con tres peces de hielo y algo de guaraná. Tomé tres. O cuatro. Sí, creo que fueron cuatro o cinco en total. Ah, y la sangría de "Lucro". Eh! y la cerveza de "Lucro" también, hasta en el pantalón (risas), y los chizitos fiesta a pedir de boca, y Buda. Y sonrisas coquetas, y un clarísimo "qué linda estás eh, qué bonita, qué bonita". Blush. Qué bonita, qué bonita.

No sé en qué punto empecé a mirar-te. No sé hasta qué punto no dejaste de ver-me. Si Ms. Gaia no me lo decía, hubiera creído que mi cabeza, lejos de ser usada como un revólver, estaba jugando bromas algo pueriles (y crueles) conmigo. No has cambiado nada. Así, na-di-ta.
Yo sí, sí que he cambiado. Y te diste cuenta, y creo que hasta quisiste desesperadamente hacérmelo saber. O no, no sé, nunca tanto. Qué bonita, qué bonita.

Toda una bachelorette, sí.
Y después siempre, la cópula. Tres veces. Tres veces tres.

jueves, 25 de octubre de 2007

Le troisième acte.

Hoy no puedo, sí puedo, no puedo.
Despacito, despacito cada botón.
Lo que en teoría realista es tu imagen se quedó puntual en mi subconsciente, y ayer no me dejó dormir.
No dormí.
Abrí los ojos, miré el techo, y no pude volver a dormir.
Pienso, luego existo.
Te pienso, y luego existes.
Existes por mí, al menos en teoría realista, y puntual eh.
Eres una máquina para hacer pájaros.
Una pobre, balurda, sucia y puta maricona máquina para hacer pájaros.
Tu ne vaux pas la peine,
tu avais toute la raison, chéri.

Le deuxième acte.

Te voy a empapelar. Lo haré, y quizás hasta con celofán de color azul o verde, para que veas tu mundo como lo haría (y siento) yo. Porque sí que puedo (y consigo) ser tan egoísta como tú querrías ser. Y lo conseguiste.

Eras mi tema elegido, mi debate preferido, mi problema predilecto…mi persona favorita.

Un premier acte.

Un cuarto oscuro. Algo así como una cárcel, aire denso y vagos hilos de luz. El tiempo está regulado implicando vida.
Me faltan treinta, me faltan cuarenta, me faltan cincuenta.
¿Qué es la vida? - Eros, dijo él.
Quiero sentir un poco de tránsito a través de mi nada, déjame caer – dijo ella.
Luz es vida, y yo aquí odiando su tránsito. ¿Acaso eso me hace un pobre estereotipo de suicida? Si es así como nos tratamos, esto va mal, muy mal.

No es posible que estemos aquí para no poder ser.
Me niego a ser fugaz, nunca jamás como duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks, nunca más fingir, y ahí acabome.

lunes, 22 de octubre de 2007

Venus in furs. (o Nausea)


Shiny, shiny, shiny boots of leather
Whiplash girlchild in the dark
Comes in bells, your servant, don't forsake him
Strike, dear mistress, and cure his heart.


Nausea. Nada tan estúpido como perder cincuenta soles de la NADA. De la nada, y fue.
Nausea. Nausea y algo así como lágrimas en los ojos y un pequeño vacío en el pecho derecho, todo por pasar por tres o cinco calles en particular que me movieron todo. Todo, y todo de nada eh.
Yo que creía estar lista para, pero no. Olvidé esa parte. Olvidé el llanto. La parte importante del llanto, igual heaven knows i’m miserable now. Todos saben que i’m miserable now. Bueno, en realidad no todos pero supongo que Morrisey sí (todo capo él pues).
Asi como caught beneath the landslide, en un champagne supernova en el cielo pues.
Ya, dejaré de escribir.
Empezaré a tomar agua.
Me acostaré.
Me cubriré bajo la cubrecama.
Gimotearé y quizás hasta las 2 de la mañana.
Luego pensaré algo como: “qué chucha estoy haciendo?”
Y algo así como la idea del karma me consolará.
La sola idea de que todo encuentra la manera de funcionar hará que deje de sentir una especie de inevitable estupidez por todo lo relacionado a…todo.
La sola idea de que te quemaré. Sí.
No puede ser que estemos aquí para no poder ser.

Quiero regresar en el tiempo y no haber nunca entrado ese día, y nunca nada de nada, hasta haber salido. Odio bastante estas cosas. Las odio. Malditos cincuenta soles.
Cuando sea una Venus en pieles morirás. A lo mejor y no, pero bah, da igual.

domingo, 14 de octubre de 2007

C'mere (o como recuperé algo. sí)

It’s way to late
to be this locked inside ourselves
the trouble is
that you’re in love with someone else
it should be me.
Oh, it should be me.




Gregorovius le acarició el pelo, y la Maga agachó la cabeza. “Ya está”, pensó Oliveira, renunciando a seguir los juegos de Dizzy Gillespie sin red en el trapecio más alto, “ya está, tenía que ser. Anda loco por esa mujer, y se lo dice así, con los diez dedos. Cómo se repiten los juegos. Calzamos en moldes más que usados, aprendemos como idiotas cada papel más que sabido. Pero si soy yo mismo acariciándole el pelo, y ella me está contando sagas rioplatenses, y le tenemos lástima, entonces hay que llevarla a casa, un poco bebidos todos, acostarla despacio acariciándola, soltándole la ropa, despacito, despacito cada botón, cada cierre relámpago, y ella no quiere, quiere, no quiere, se endereza, se tapa la cara, llora, nos abraza como para proponernos algo sublime, ayuda a bajarse el slip, suelta un zapato con un puntapié que nos parece una protesta y nos excita a los últimos arrebatos, ah, es innoble, innoble. Te voy a tener que romper la cara, Ossip Gregorovius, pobre amigo mío. Sin ganas, sin lástima, como eso que está soplando Dizzy”.

Capítulo 12. Rayuela. Fragmento.


Ya está, tenía que ser. Sólo que sin diez dedos y sí con frío, y alcohol y qué sabe Dios cosas más encima. No hay pretensiones de excusar nada, nada.
Recuperé mis bolas, broder. Creo que recuperé al menos una o gran parte de las dos.
Y pues, como diría Rafito, "todo es precario, ctm".

domingo, 7 de octubre de 2007

Girl, you'll be a woman soon. (o como me convertí en señorita sin mis bolas)


Well I've finally found
what I'm a looking for
But if they get their chance
they'll end it for sure
Surely would
Baby, I've done all I could
Now it's up to you


Hace como cinco o seis años hice cosas imposibles, y creo que fue porque era toda una niña creciente (así como la Luna, todo porque soy Cáncer). Pero después de una desfachatada anécdota y suceso que quizás y jamás, querido lector, logres saber, perdí mis bolas. Las perdí y no las he vuelto a ver, o bueno a veces puedo distinguir el vacío que dejaron, y trato de llenarlo con Rudeza, pero a veces y ni ella puede. A veces sí, y en eso estoy, en eso ando. Entonces crecí desde entonces sin mis bolas. Aunque creo que de a pocos me voy animando a hacer cosas imposibles de nuevo, claro que nunca tan posibles como llegar a darte un papel impreso con algunos párrafos, letra garamond número doce (tal vez) y con una muy sincera (y bien hechita) pregunta al final que leerías. Y que al levantar la cabeza para (quizás) darme una respuesta, no verías ni la sombra de lo que dejé (porque necesitaría indispensablemente de mis bolas para hacerlo, y quedarme a ver tu expresión, como me dijeron).
Sí, eran varios párrafos bien hechitos fríamente calculados para darme cierta ventaja, tiempo de correr, de alejarme, y aquí te das cuenta de lo maricona que realmente soy.

Sé que gasto infinidad de papeles y gestos en afirmar mi tan afamada (y bien famosita) Rudeza, “broder”. Pero no, contigo no porque sí. Y al final del día es que, cuando me siento frente a una pantalla semi-gris por el escarchoso gris de lima y mi falta de laboriosidad, Rudeza se va a dormir y se prepara para el día siguiente, mientras Rosa Patricia se queda mirando la pantalla. Ah, y escuchando música (siempre, y siempre siempre pues) esperando a quizás tener una relevante conversación. Y con quien se ofrezca buenamente a dársela, eh. A Rosa Patricia le estresan ese tipo de conversaciones llenas de nada con “no-personas”. A Rosa Patricia le aterra, y quizás hasta terriblemente, quedarse inconclusa, mientras pasan los minutos y nadie dice nada (ninguno de los dos) y piensa “demonios, por la puta madre, qué imbécil, es un maldito idiota - Si o no, Fá? – Pfff, pero por supuesto, maldito c-s-m”, hasta que se anima, dice algo, le aterra aún más, y tan de sobremanera que se va a dormir con Rudeza, o hace que él se vaya con algún tipo de incoherencia de la que se arrepentirá por algunos minutos, o durante el transcurso del día siguiente. A Rosa Patricia le aterra también el rechazo, espantosamente.
Esto es difícil. Realmente lo es.

Pero nadie dijo que iba a ser fácil, o bueno Rudeza sí lo hizo, pero ella no cuenta. Quiero mis bolas de nuevo, csm.

miércoles, 26 de setiembre de 2007

The girl from Ipanema. (o una muy desesperada idea)

(Ooh) But I watch her so sadly

How can I tell her I love her

Yes I would give my heart gladly

But each day, when she walks to the sea

She looks straight ahead, not at me


Si Frank hubiera sido mujer, me habría ayudado de sobremanera haber sostenido aunque sea una pequeña conversación con “ella” para que, entre miles de cocktails con sombrillitas, me develase los secretos profundísimos e inquietos del saber coqueto.
Ah, si. Si Frank hubiese sido mujer y yo un poco menos pusilánime, sería capaz de decirte…

Carajo, soy muy pusilánime.

lunes, 24 de setiembre de 2007

Carnaval.


Seria tan fácil siendo lluvia
solo un roce y tendría que caer
seria tan fácil siendo monte

en mi pecho te abrazaría con mi piel




-En ocasiones no le respondía. Me llevaba una mano a la boca
y empezaba a respirar con la nariz, apenas un poco de aire,
el suficiente,
pues sabía que él empezaría a buscarme,
aún más silencioso que yo,
deslizándose por los oscuros pasillos de la casa hasta localizarme
gracias a mi respiración o al calor que emitía mi cuerpo,
nunca lo supe, y entonces todo recomenzaba.
...
Una noche de la que hoy me avergüenzo le dije que
estaba enamorada de él y le pregunté qué sentía por mí.-
Una novelita lumpen, Roberto Bolaño.



Qué sentía por mí, qué diablos sentiría él por mí pues. Ni Sabrina, ni las cartas, ni el horóscopo, ni mucho menos él sabe qué siente por mí. A veces creo que sólo es una estúpida idea dando vueltas mi cabeza (pero no todo el día eh, sólo algunas horas punta).
Debería decirle lo que siento, muy a pesar mío y de mi boca, como dice Jordana y el polaco.
No debería decirle nada y que se joda por ser un idiota, muy a pesar mío (sí), como dicen las chatas. Me sería muy útil tener una de esas maquinitas para volver en el tiempo y nunca jamás haber aprendido a usar una computadora de puta pequeñita. Sï. Y a lo mejor hubiera sido primer puesto en el colegio y sería toda una erudita ahora.
En realidad no, lo dudo seriamente.


Hace como tres días regresé al negro, y hoy me siento un poco menos yo y más otra persona - ¿qué persona? Eso no lo sé. Supongo que tengo mitad de vida para descubrirlo antes de volver a ser otra. Quizás una rubia ceniza.

jueves, 13 de setiembre de 2007

Risa (o algo así como... como... como un dulce avainillado)

Me gustas tanto
quisiera aprenderme tu nombre
me gustas tanto que
no sé por donde voy.


No sé por dónde voy, y no es un chiste (creo que la canción me calza un poco más que perfecto).
No sé por qué estoy en este estado de estupidez provisional si aparentemente (tú) estás de lo más normal, de lo más campante (de lo más absurdamente atosigado).
No sé qué carajos hago acá sentada si de facto sé que debes estar muerto, y que te durará un par de días, y se me cierran los ojos, y me mata la pierna.

Sé que alguna vez dije que me parecía lo peor de lo peorcito ser un burdo esclavo más de (blah bleh bleh), pero creo que llegó la hora de tantear un poco "ese" terreno (aunque Lucero, Gino y Diana digan que mi método horario sea un poco no-convencional), y supongo que les contaré acerca de eso cuando "suceda".

Realmente se me cierran los ojos, y qué pena no poder insultarte tanto hoy (que justo me provocaba mandarte tanto a la mierda). Estoy enferma, y supongo que es TU culpa (y de nadie más). También creo que es tu culpa el que ahorita me encuentre escuchando el "Tinta Roja" de Calamaro. Te odio, te odio, te odio. Y ya se acabó mi flan.

Se supone que quieres un cataclismo. Se supone que quiero un dulce.
¿Qué demonios deberá pasar para que cada uno reciba lo que quiere eh? ¿Qué?
Yo estoy más que dispuesta a recibir mi dulce, eh. Mucho más que dispuesta.



PD: Según el chato ayer di mi primera indirecta directa, supongo que ese es un logro que habrá que celebrar el fin de semana.

miércoles, 12 de setiembre de 2007

The more you ignore me (o como de a pocos voy ahogando ansias con agua y cigarros)



Beware!
I bear more grudges
than lonely high court judges.
When you sleep
I will creep
into your thoughts
like a bad debt
that you cant pay.
Take the easy way
and give in.
Yeah, and let me in.


El sábado pasado tenía tantas ganas de salir y olvidarme de mi vida tanto (aunque sea por un par de horas) que decidí telefonear a Chula, y quedar con ella y otro par de personas para hacer algo en la noche, que definitivamente debía ser en Barranco (porque hace mucho no me acogía en sus plomas pistas y grafiteadas paredes, y poque en fin me dieron ganas de simplemente barranquear). Se hicieron las ocho pe-eme. Se hicieron las nueve pe-eme. Se hicieron las diez, y así y así hasta que fueron las doce y me encontré con un vaso lleno de chela en una mano, un pucho en la otra y miles de risas y sonrisas, escuchando Alabama Song (whiskey bar) encontrándome con gente que no veía hace siglos, y me sentí bien. Pero sólo por un par de minutos, porque enseguida recordé cosas que no debía, y sentí un pequeño vacío en el pecho.

Prendí otro cigarro y me serví más chela, y sentí que a medida que iba fumando y tomando el vacío se hacía más chiquito, pero no desaparecía. Se hicieron como muchísimos minutos más, y fuime de Sargento. De regreso, en mi ínfima desesperación por saber qué demonios significan esas cosas que tanto dices, le pregunté al buen hermano del buen guitarrista, amigo del buen bajista de ese grupo que estará pronto prontito de moda y demás, y me dijo de Barranco-Miraflores-Surquillo-San Borja que de acá a unos años miraré atrás, y te diré en tu cara pelada todo lo que sentía, claro que para ese entonces (según él) estaríamos con diferentes personas, y te odiarías demasiado por haberme dicho (entre muchas otras estupideces) lo que significó un "no" (algo tajante y altanerito) para mi, y que te ibas a odiar mucho por haber sido tan imbécil, entre otras cosas. Aunque eso es algo utópico, no sé, no me parece que fuese a suceder eh.

En realidad me da bastante igual que quieras o no algo, lo que me jode de sobremanera es que me digas cosas que yo pueda ambiguar, malinterpretar. ¿Acaso no dije ya cómo me jode no saber qué es lo que dices y tener que preguntarle a mil personas (con mil interpretaciones distintas) qué chucha quisiste decir? AH?

Es estresante, cariño, y sinceramente ya empecé a aburrirme un poco de este jueguito.




Pd. No creas que porque tienes cuatro otoños encima más que yo te da derecho a ser todo altanerito y calificarme de esas cosas que crees tan ingeniosas, no. Yo tengo cuatro inviernos encima al igual que tú, y eso me beneficia más a mi y que a ti, querido.

miércoles, 5 de setiembre de 2007

Punchdrunk lovesick singalong (o como se buscan ciertos desastres platónicos y de placas)

I wrapped you inside my coat
When they came to firebomb the house
I didn't feel pain, 'cause no one can touch me
Now that I'm held in your spell


Creo que nunca entendí bien como funcionaba el significado aparente de las cosas. Supuestamente cuando quieres decirle algo a alguien debes ser bastante específico, no dejar nada suelto. De otra manera si le dijese a alguien “deberías ser un poco más conciente de lo que haces” (refiriéndome a su pésimo desempeño académico) aquella persona podría pensar que me refiero a lo increíblemente estúpido de su actuar y a su falta de tacto cuando es hora de beber. Y no ayuda mucho que digamos que "aquella persona" sea hombre (y no porque sea feminista, sino porque los virilillos casi nunca entienden bien lo que se les dice). Por ese tipo de cosas pienso que las cartas deben ponerse sobre la mesa de un solo tirón, y no esperar a que el turn y el river traigan suerte. No. Y aunque eso es lo que creo (sinceramente) a veces me basta quedarme con el flop para determinar en una última ronda si las cosas van para más (y apostar), o retirarme y esperar una próxima mano.

Odio ambiguar las cosas, o que solas se ambigüen.
Es por eso que la mayoría de veces que un hombre me dice algo, le pregunto a otro (hombre) qué quiso decirme el primero (para no ambiguar nada, y dejarme de estupideces innecesarias).
Y es por eso, también, que cuando una mujer le dice algo a un hombre, (el último) me pregunta qué quiso decirle exactamente con "me encantaría, pero por ahora quiero estar sola".

Hace poco entendí que te antojabas de un pequeño cataclismo.
Hace no mucho que le pregunté a bla bla bla y me dijo que quizás y era de lo que te estabas antojando. Yo no sé si sea eso.
Entre risas podría afirmarte quinientas noches que soy un fin del mundo no tan cliché ni prostituido.


Oye, soy un fin del mundo ni tan cliché ni tan prostituido.


(creo que estoy escuchando mucho Radiohead)

domingo, 2 de setiembre de 2007

Exit music (for a film)

  • "Hola, hola! Pasen, pasen." Y un semi conjunto de como cinco individuos, casi y hasta presentables (todo menos uno). Y una cocina tan desordenada como limpia y casera, llena de platos con sillao y restos de siu mai, y los otros que se están preparando, y el vapor nos ciega y todo es así hasta que suena de nuevo la puerta, y "¿quieres guaraná?" - Sí, por favor.
  • "Ay, pero qué bonita" - Aw, gracias. "Hoy tu nombre es Paola" (siempre creí que podría llamarme así, y es que no tengo cara de ser Patricia) "Entonces tu debes llamarte Fernanda, y tu Rocío". Y Abelardo o Bernardo, por sus rizos y no sé. Y Jonás, un chiste.
  • "Pelo rojo!" - Eh, sí.
  • "¿Quieres ir al grifo por pilas?" - Eh, no gracias.
  • "Son como veinte para las doce, ya va siendo hora" - Llamen a todos y pasen la voz: será en el comedor, y apagaremos las luces. Y "Feliz Cumpleaños", sorpresa, brownies y velas de corcho, y lucha con tenedores y espátulas para cortar inútilmente chocolate. Rico. Rico chocolate.
  • "¿Es acaso eso ketchup líquido?" - No, o tal vez sí. En realidad es Daiquirí de Fresa pero será mejor que le digan ketchup y que no les provoque. Y así fue y me lo tomé todo.

P1: Ayer estabas bonita.
P: Aw, hoy recordé cuando me lo dijiste, y sonreí.
P1: Jajaja. Sí, así estabas.




Sí, así estaba.

Baila para mi (o como se supone que los ojos hablen)

"Baila para mí,
y yo termino mi copa.
El caño de acero
parece un trapecio mortal."


La última vez me quedé en eso de las "frasesitas de lo peorcito", y recordé hace poco que alguna vez escuché por ahi "una mirada vale más que mil palabras". Una mirada y mil palabras. Media mirada (como un guiño) y quinientas palabras. Mucha gente me "la ha hecho" a mi, pero no recuerdo haberle hecho "eso" a nadie y que haya resultado, claro.

Empiezo realmente a cuestionar mi capacidad de hablar con los ojos (intuyo que debo ser algo así como una muda visual o algo por el estilo) lo cual me es totalmente estresante. Miraba-te y repetia-te cuchomil veces en mi cabeza tantas cosas -desde que quería quedarme mil horas incomodísima frente-tú, hasta gritarte que acercaras un poco más tu humanidad, que "días como hoy no muerdo"- pero o no lo entendiste o te hiciste un sordo visual (lo último totalmente cacoso por cierto). Supongo que debo practicar eso de hablar con la mirada. O quizás no. A lo mejor no es tan buena idea. A pique y debería aprender a leer la mente y saber por fin en qué chucha piensas cuando no hablas.

No no, nunca tanto. A estas alturas del juego creo que ya deberías saber lo que pienso, y siento. No sé si te beneficia en algo saber que quizás y las líneas de arriba signifiquen algo¹, o fueron hechas para circunstancias como "éstas". Precisamente "éstas".

Supongo que iré a almorzar, y nada más.




¹ Algo como que siento algo, y no te digo nada porque... pues porque me prohibieron hacerlo o tengo un miedo vacío, nunca acepté bien los rechazos, aunque eso todo el mundo lo sabe y no es GRAN novedad.

jueves, 30 de agosto de 2007

Penny Lane (o como ciertas frases son de lo peorcito)

"Penny lane is in my ears and in my eyes.
There beneath the blue suburban skies
I sit, and meanwhile back.
Penny lane is in my ears and in my eyes.
There beneath the blue suburban skies,
Penny Lane."

Seré breve, simplemente porque sí y no porque mañana tenga clases sacrílegamente temprano (si es que existe esa palabra, y si no que se me da la gana de usar). Y van varias horas que Fá me consuela y "da ánimos", y nos reímos y carajeamos y hacemos todo lo que nos da una cierta aura de estupidez imposible de extinguir (al menos hasta que una de las dos se vaya tristemente a dormir). Y pues, sin más, aquí va:


[ patt ] tanto como hace mal. dice:
jajaja me relajé demasiado pues
- faB. you don't need to tell me. dice:
jajajajj sonsa
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
ahora hasta me zurro en esto
- faB. you don't need to tell me. dice:
jajaj en verdad mejor que estes relajada y no tensa! es peor
- faB. you don't need to tell me. dice:
deja que las cosas fluyan!
- faB. you don't need to tell me. dice:
yo odio esa frase
- faB. you don't need to tell me. dice:
cuando me la dicen
- faB. you don't need to tell me. dice:
pero bueh
- faB. you don't need to tell me. dice:
ashi
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
AJAJAJ
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
yo odio la frase
"todo va a estar bien"
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
o sino la típica
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
"no sabe de lo que se pierde"
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
JAJAJAJA
- faB. you don't need to tell me. dice:
AGG SI
- faB. you don't need to tell me. dice:
la detesssto TANTO
- faB. you don't need to tell me. dice:
facil la he dicho y lo habre dicho sinceramente pero ODIO cuando me lo dicen
- faB. you don't need to tell me. dice:
es estúpido
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
JAJAJA SI PUES
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
ala mierda quisiera estar en barranco
- faB. you don't need to tell me. dice:
totalemente estupido!


.....



- faB. you don't need to tell me. dice:
' no era su momento '
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
uuuy esa es asquerosa!
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
o sino
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
"ya llamará, no te preocupes"
- faB. you don't need to tell me. dice:
"todo pasa por algo" y
- faB. you don't need to tell me. dice:
"fácil ahora no era..
- faB. you don't need to tell me. dice:
..por algo sera"
- faB. you don't need to tell me. dice:
jajajaja

- faB. you don't need to tell me. dice:
"nono, si es ÉL chico te llamará sino no era lo que buscabas"
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
jajaja
- faB. you don't need to tell me. dice:
YA VENDRAAAAAAA
- faB. you don't need to tell me. dice:
jajajaja
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
YA VENDRÁ CSM!
- faB. you don't need to tell me. dice:
jajaja
- faB. you don't need to tell me. dice:
LA MAS TIPICA DE LAS TIPICAS!


.....

- faB. you don't need to tell me. dice:
también
- faB. you don't need to tell me. dice:
no busques! solo vendraaaa

- faB. you don't need to tell me. dice:
si pues, viene solo
- faB. you don't need to tell me. dice:
jajajja
- faB. you don't need to tell me. dice:
carajos!
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
risa pues
[ patt ] tanto como hace mal. dice:
odio las frasesitas de mierda que quieren hacerte sentir mejor en tu inmundicia

[ patt ] tanto como hace mal. dice:
cuando en realidad estar así es lo mejor de lo mejorcito, siempre y cuando sepas salir

....


Nada. Sólo eso.
Gracias Fá por el apoyo incondicional, y nada. Mañana tendremos sesenta minutos de humos y risa.

sábado, 25 de agosto de 2007

Radar (o como últimamente me falla -demasiado- mi genuino sexto sentido)




"Tanto que me dan las malas ganas,
tengo que hablar de todo un poco,
a veces muerdo, a veces sueño,
a veces tantas veces viajo
sin mi radar."


Se me congelan los dedos, y se me cierran los ojos de a pocos. Son como las dos de la tarde de un sábado que comenzó excesivamente (pero de forma muy necesaria) temprano, pero planeo dormir panza arriba lo que (me) queda antes de que se termine de oscurecer el cielo y deba planear algo nocturno. Y es que siento como si hace muchos fines de semana hubieran quitado la potestad de mi, sobre mi. Quiero salir.

Y quiero beber, y bailar y divertirme (reirme un rato, vamos) y cosas por el estilo, sin tener necesariamente una canción en repeat indefinido en mi cabeza. Creo que alguna vez le dije a alguien que solía escribir en mi blog justo después de conversar con cierta persona que me hiciera pensar un poco más sobre mi condición y de como suelo variar (a veces hasta intempestivamente) mi carácter: soy un fosforito, siempre lo dije; pero hoy no necesité de la conversación de nadie para "animarme" a escribir un rato, a ponerle puntos a mis íes (porque nadie lo hace por mi...mejor que yo al menos no).


Y resulta, pues, que debido a intensas reflexiones de domingos por la tarde, o madrugadas un tanto frustradas, descubrí que puedo ir condicionándome de a pocos. No como a un perrito al que se le enseña a dar la pata con una recompensa en forma de huesito, no. Nunca tanto. Puedo condicionarme sobre mil temas y diversos escenarios: "Patricia, mañana creo que te olvidarás la cajetilla de cigarros y no comprarás tres por un sol afuera" o "Ehm, creo que hoy no llevarás dinero extra porque te levantaste con antojos y hoy no es día de chocolate" o "Mejor te quedas calladita, dejas que hable hasta que se canse y le dices todo lo que opinas (o dejas de) en tu mente". Siempre, y hasta en los escenarios más inhóspitos, pero jamás en lo referido a decidir quién me gusta, quién no y en quién debería dejar de pensar o quizás a quién le intereso y ese tipo de cosas. Es lo peor de lo peorcito.

En este preciso momento me dan ganas de saber qué demonios quiere determinada persona de mi, o cómo podría hacer para (no sé) crear intereses (nada vacíos), o manipular a tu genio maligno para que te inclines por mi, y sepas que es bastante genuino cada detalle que me molesto en tomar para nunca dejar nada suelto: siempre termino contestándole a la persona (no sé si equivocada o no) muy a pesar de mi rotunda negativa no quedarme más de quince minutos viendo un estúpido monitor, esperando a que una luz anaranjada intermitente me diga que por fin te decidiste a articular una imbecilidad de nuevo (sí, de nuevo) porque casi siempre es lo mismo. Yo no estoy para esos trotes, no. Yo (en mi ilusa cabeza) me condicioné para no ir detrás de nadie, ni esperar nada a cambio. Me odio un poco por no tener una recompensa en forma de huesito que me motive a no hacerlo. Creo que fácil es más que "un poco".

Y se me terminaron de congelar los dedos y de cerrar los ojos. Espero dormir sin sueños, y sin babas en mi almohada o gatos mirándome indefinidamente. También espero que "Dios y su divina providencia" me mande un muchachito bien: que no le joda mi música, y que me de chocolates (es mucho pedir?).


*

P1: "Sí, sí, siempre es lo mismo contigo Patricia. Tienes que dejar de pensar en eso".

P2: "Recuerda: la vaca y la leche, la vaca Y la leche".

P3: "Las chicas somos más buenas...más fáciles...putas; los hombres son imbéciles siempre, no saben dominarlo".

P4: "Deberías decirle para salir"
Yo: "Pero ya le dije cuchomil cosas, mil indirectas para hacer algo, y nada"
P4: "Ah entonces creo que fácil o es lento o no le importas, aunque me inclino más por lo primero"
Yo: "Lento E imbécil, definitivamente. No lo esperaré por siempre".

domingo, 19 de agosto de 2007

Perro Andaluz (o como queso parmesano se cuela en mi coca {cola})








"Soy un tonto en seguirte
como un perro andaluz,
pero mi amor, se acabará
alguno de estos días,
alguna de estas noches."


Una semana se me fue así, como tronando los dedos para seguir el son putón de cantina cabaretera de los cincuenta. Respiré, exhalé, leí y reí mucho, lloré un poco (aunque más bastante) y ya es Domingo por la mañana. Chistoso, extremadamente chistoso (y algo cínico). Me permito decir que pasé una semana de media mierda, y de medio gusto (aunque más mierda que gusto, pero siempre es cuestión de vasos medios llenos y vacíos); y que viví cosas realmente estúpidas, y cosas estúpidamente reales que pues llenaron "mi" semana de anécdotas que muy inteligentemente ordené para redactarle una muy bonita y entretenida carta a Chula (que adjuntaría, pero es que dice cosas tan trascendentales de vacas y leche tan mías, de Chula y del parque, que me imposibilita ponerla aquí)


Semanario:

- Aparentemente tuve un encuentro cercano a lo que pudo ser un ataque de pánico: no podía respirar muy bien, estaba demasiado ansiosa y me guardé unas naúseas asquerosas porque tenía una práctica al día sgte y no podía darme el lujo de dejar de leer por unas simples lágrimas y ganas de vomitar, no.

- Mi primer terremoto me agarró cuando me quedaba dormida zappeando MTV y a Shakira en su unplugged: descubrí que ya le perdí el miedo a los temblores, y que me dejo llevar un poco por el pánico de los demás para luego estampárselo en la cara. Me aterra que la gente crea en el cliché de fin del mundo como terremoto, y luces y castigo divino, aparte claro del estrés que me causan los interminables rezos (no lo entiendo muy bien, y hasta creo que es mi tan última -y no fashionista- negativa frente a Dios). Créanme (o no) una cosa: por más que reces y reces algo que está predestinado a ser no va a cambiar... Dios no es TAN benevolente, y TU sí que eres un hijito de puta por rezar un "último" minuto que crees vivir y esperar ir al cielo, bah.

- A veces,cuando se me juntan mil cosas que leer, mando todo al diablo por un momento para escuchar un poco de música, hablar con "gente", jugar algo entretenido o ver algo en la tele, para luego dedicarme enteramente a la maldita lectura que me aprisiona (un sábado por la noche, o algo por el estilo). Esta semana aprendí que pude controlar mi vago impulso por quedarme un poco más en ese lapso y continuar con lo que debía, supongo que es porque "estoy creciendo" y ahora "soy un poquito más madura que antes". No, en realidad no.

- Me gustará quedarme una hora extra los viernes para ver a Fá y hacerle "la taba" por una hora: siempre hablamos cosas tan estúpidas e irrelevantes que nos hacen reir - siempre y cuando las dos fumemos para no "hacernos daño mutuamente".

¿Qué más? Pues, ayer tuve un sueño raro: creo que estaba en algo así como el bosque de Blanca Nieves, y que había un matrimonio, una boda. Y que el novio estaba en el altar, muy bien puestesito en un frac, y que me miraba (además, claro, de los invitados a los dos lados del caminito de pétalos de flores que destinaban a cualquiera al altar). Y descubrí algo más: la novia
era yo. Osea risa. Jamás en la vida había soñado con bodas, mucho menos con la mía.
¿Lo curioso? No recuerdo la cara del novio, o de las madrinas, o incluso de la gente que estaba sentada en aquel lugar, y sí el "beso" que hay después de ser declarados marido y mujer. Lo recuerdo bien, y me sonrojo un poco, y me muerdo los labios: hace mucho que no me dan un beso.


Y hasta me dan ganas de ir por la calle con un pin que diga "eso".
"Eso", y bien puesto.
Y claro, que lo leas, y le hagas mérito (no no, nunca tanto).





Pd: Eres un reverendo estúpido... ¿quién demonios te crees para venir y agregar tu crónico gusto musical al mío? ¿quién demonios te mandó a ver-me?. Me prohíbo pensar-te, y es inútil. Empiezo a amar odiar-te. Todo con-te.

Pd2: Esta semana fue algo así como queso parmesano en mi vaso de coca-cola dominguero. Y quiero un helado.

sábado, 28 de julio de 2007

Oh! Sweet nuthin' (o una noche de jueves, de nada)

"And say a word for Joanna Love
She ain't got nothing at all
'Cos everyday she falls in love
And everynight she falls when she does"


Estaba un poco harta ya. Nada podía salir mejor/peor. La noche fría era augurio de que quizás las cosas mejorarían para bien, aunque uno no siempre puede confiar en el clima para asegurar emociones TODA una noche, no. Lo mejor era imaginar que la noche seguiría tan fría o tan negra como la de la semana anterior (y qué excelente noche fue esa, y que buenos recuerdos me trae). Pero sí. Llegó, y partimos por comida para ella (porque tenía hambre, y yo no porque había comido "lo justo" horas antes). En el transcurso de la caminata por comida, la parada de taxis y la llegada a la puerta creo que se me fue media vida y dos séptimos. Y fue apenas llegamos que vi a un polaco "sueco" (porque a él lo conocen como Suecia, y yo me gasto papeles recordándolo como Polaco, sólo para reir un poco eh) que me pidió "un pucho pe", y yo "nada polaco, estoy frtssss (previa mueca de dedo en la garganta, simulando una aguja). Y las chicas que vi, y que nunca vi después sólo a tres, entre risotadas y acentos colegiales ("riiiisa, pa' qué") se fueron casi dos horas de espera en una cola LARGA. Larga y llenísima de pícaros colones, pero de los del mal eh, no de los caletas, no. Eran de esos que iban adelante buscando "amigos" que "les abrieran campito", y los clásicos "no no, flaca. Tú vas a pasar primero, no te preocupes". YO no me preocupo, so-huevón. Yo no.

Lo que sigue es, pues, lo que podría llamarse una no tan (y sí tan) típica noche de jueves sargentero. Bastante de "Money", un poco de "Bigmouth strikes again", algo de "Rock and roll", y porsupuesto "Song 2" y algo muy bien puesto de "Mr. Brightside", entre millonadas de cosas más que no recuerdo por la muy buen obsequiada chela de nuevas amigas (para nada) católicas que sí saben de música (no olvidaré los a capella de "Have a Cigar" o "I am the walrus", jamás, ni tampoco el "racatá" o el "mayor que yo"), y que a la promesa hecha espero ver el próximo jueves :) claro que más temprano, y con más chela (obviamente). Y sin sentirme apesadumbrada por ti. Sí.

Y luego, la "regresadita". Algo movida, llenísima de risas, discriminaciones contra mi ulimense procedencia y mi pobre vegiga, claro. Y nada.
Ah, todo para llegar precisamente en punto para el documental (?) de John Lennon y los furtivos intentos de "América" por sacarlo de su "gran y magnífico" país. Pobre. Un poquito más y lo amenazaban con colgarlo de las bolas para que se fuera cabizbajo a su tan buena Madre Inglesa. ¿Cómo demonios considerarlo tan zurdo? Yo juraba que era diestro, un buen y puto diestro.
Me caes bien, Lennon, pero la música de tu hijito no mucho.

Demonios, es justo ahora que me provoca tanto una Kola Inglesa, después de los tres pisco sour y el queque aquesado de sauco. Vamos, puneta.

miércoles, 25 de julio de 2007

Permiso para escribir. (o...no sé)

Debería inspirarme y escribir algo decente, algo que algún no tan lejano día lea y diga: “No puedo creer que esto lo haya escrito yo”. Algo que pudiese enseñarle a mi tan amado y soñado Alfredo Bryce Echenique sin cubrirme la cara de vergüenza. La verdad es que siempre pienso en cómo sería mi encuentro con él. Mentira. Siempre trato de imaginarme mil escenarios propuestos, y no puedo. Me quedaría muda, o lo miraría como colegiala enamorada, qué sé yo. Suena bastante estúpido, lo sé. Maldito seas por cambiar mi forma de pensar, “Briceño”. Cada vez que me siento a redactar algo por urgencia de mis dedos o de mis dos cejas, pienso en ti, y en cómo lo dirías tú de cierta forma tan creíble y sin embargo tan fantásticamente tuya, que no pareciera real.

Debería sugestionarme de cosas no tan concretas que me permitiesen explayarme en algo no tan conocido y no obstante sabido por todos. Escribir es un arte, creo, pero redactar un poco de tu alma en párrafos es un lujo que pocos se dejan tener. Yo me lo permito por quizás muchos motivos, de los cuales recuerdo (o siento más cerca) dos: el primero sería una negativa a aceptar la tan segura respuesta de una profesora que tuve en secundaria, la cual entre bla bla bla’s me dijo abiertamente –y a secas– que no sabía redactar; el segundo sería algo así como el incondicional apoyo e incitación de un buen profesor de lenguaje (¿o fue acaso de literatura?) de secundaria también. A estas alturas de todo creo que sería bueno confesar que sí sentí algo por él, como por cualquier otro que hubiese llegado al salón con un poemario exótico (por no decir erótico) y con mil libros y demás. Es más, creo que una vez se lo dije hace como dos años, por el peor de los medios posibles, aprovechándome de que nunca lo volvería a ver jamás, y no lo he hecho hasta el día de hoy.

Creo que precisamente ahora me es imposible escribir algo que dejase estupefacto a Alf, o incluso a Mariano, por el simple hecho de que no me creo capaz de escribir para impresionar, sino para crear y develar impresiones. Alguna vez recuerdo que vi por ahí que uno es lo que lee, lo que come, e incluso con quien anda, pero nadie hace énfasis en que “uno es lo que escribe”, quizás porque es muy “obvio” y “estúpido” afirmar lo evidente, pero a mi me parece tan apreciable como comparar la población del Perú con la de Roma (aunque para ti sea como papas y camotes, “Perlita”).

Prometo tratar de escribir un cuento que te haga crear y develar tus más íntimas y ocultas impresiones. Lo haré, un día de éstos que encuentre la inspiración exacta que me saque de mi rutina comida-msn-libro-dormir.

lunes, 23 de julio de 2007

Lazy eye. (o como nostalgias compuestas en acordes pegajosísimos me matan)

"I've been waiting
i've been waiting for this moment
all my life
but it's not quite right"


Muy idiota. A estas alturas del partido me siento como una reverenda idiota. Hoy no me pude quitar la canción de la cabeza, tampoco el hecho de pensar que quizás te vería en la universidad (era un quizás muy grande, verdaderamente grande). No te vi. Gracias al cielo no lo hice. Y fui, a recoger notas y pelearme y rogar por numeritos. Y no te vi. Pero si tuve la canción cada minuto de las cinco horas que estuve por ahi. I've been waiting, i've been waiting for this moment ALL MY LIFE... but it's not quite right. Me pregunto si esa canción la hicieron precisamente como para los momentos que me veo viviendo pronto.
No. Sinceramente no creo que sea para eso.
O tal vez sí, ¿quién sabe? A lo mejor pueda ser que esa canción (aparte de ser mi nueva "champagne supernova") traiga un poco de sonrisas a mis pestañas.

Ya me veo escuchándola como el soundtrack de mi vida.
Sí, precisamente en la escena en la que camino, sin tendinitis ya (obviamente) por la esquina de benavides que tiene un Bembos, un McDonald's, y lo que fue un Burger King (que ahorita no sé qué demonios será), y me adentro en lo que son como estacionamientos paralelos, que terminan en un parque. Contigo de la mano, claro. Y no se escucha nada (artificios del windows media player silenciando la escena). Y empieza a sonar la guitarra de Brian Aubert, y se ven sonrisas, y gestos cargadísimos de coquetería (aprendida previamente), y pasos entrecruzados por el parque y many silly things, entre otras cosas. Hasta que casi en el "boom" de la canción, pues se ve que tomas mis manos, las llevas a tu cuello, y hago como si te ahorcara. No. Mentira. Es que ya estaba sonando muy cursi. Es más, creo que tengo los cachetes rosados, no puedo conmigo, pero creo que tienen la imagen plantada.

ESO sería mi "moment que he estado esperando toda mi life".
ESA sería mi escena Lazy eye.


Pd: A Lucero, si lees esto, el día que suceda "ESO" debemos hacer un video con tu juguete, definitivamente. Espero para ese entonces parecerme a la bajista, toda ella.

Pd2: el video es algo como esto http://www.youtube.com/watch?v=z-mxBDuRaZ8 .

sábado, 21 de julio de 2007

The great gig in the sky (o memorias de mi putísima conciencia)

"And I am not frightened of dying,
any time will do, I don't mind.
Why should I be frightened of dying?
There's no reason for it,
you've gotta go sometime.

"I never said I was frightened of dying."

Clare Torry. Imágenes violentas . Escalofríos.
Me cuesta mucho pensar coherentemente cuando escucho su voz. Me cuesta demasiado en realidad. Particularmente hace un rato estaba leyendo "unos capítulos más" de Abril Rojo de Roncagliolo (voy casi por la mitad o algo asi y me parece excelente, estoy guardando el final para un aburrido domingo) y me detuve en la página ciento sesenta de mi versión de Alfaguara por tres particulares líneas que nublaron mi cabeza (casi igual que con la mismísima voz de Clare Torry, casi). Eran algo así como esto:

Logró articular:
- Es sólo que contigo me siento menos absurdo.
Tú eres una de las cosas que no entiendo, pero la única que me gusta no entender.

Me mató. Pensé mucho en todo, en lo que no me deja "vivir tranquila".
Quiero que me digas todas las cosas que quiero escuchar, pero no te daré "eso" fácilmente.
Asi como cuando ayer, entre lágrimas y bostezos, le dije a Chula: "sisisi - la vaca, la leche...lo sé!". Y decidí no besarte ni aunque se me caiga el cielo y me golpee una mariquita.
Espero no me mariconee, espero.

Coco Chanel sabría qué hacer.

jueves, 19 de julio de 2007

Dogs. (o como silbidos condicionan la mente)

"And after a while, you can work on points for style
Like the club tie, and the firm handshake
A certain look in the eye, and an easy smile
You have to be trusted by the people that you lie to
So that when they turn their backs on you
You'll get the chance to put the knife in."

Ah, libertad: añoradísima libertad. Una pequeña y dormida Pepé sobre mis piernas, y un poco del buen floide rosado de fondo. Una Patricia que me regaña, critica mi tan bien ordenado desorden y se lleva ropa sucia "que hay que lavar". Me quiere, lo sé. La adoro y la odio un poco (creo que es como todo, a pique tengo y no tengo razón).

A estas alturas no sé si es justificado un mínimo rencor a la vida que muy buenamente Isis me permitió, no entiendo como las cosas pueden darse de forma tan arbitraria, de que mis deseos por hacer que tres horas de sueño sean como ocho se cumplan, y que lo ÚNICO que quiero en esta vida desde que vi blanca nieves y/o la cenicienta NO SE CONCRETE. Nada pues. No diré qué es porque muero, y aparte no te incumbe "querido lector".
Bah, demonios. Tengo sueño e iré a dormir.

martes, 17 de julio de 2007

Yolanda (o como se nublan pensamientos con sonrisas)

"Si me faltaras,
no voy a morirme.
Si he de morir,
quiero que sea contigo"

Sí. Yo grito y se me va el aire cuando escucho a Silvio.
Sí. No hace falta que me guste alguien para cantar una "canción de amores/desamores".
Sí. A mi me gusta cuando me gusta alguien, se siente bonito...y qué?
Sí. Canto, y creo que lo hago muy bien.

No. No juegues con mis sentimientos jamás.
No. Debo dejar de antojarme de chocolates y demás.
No. El hecho de usar delineador negro muy temprano en la mañana y muy tarde en la noche no me hace la persona "mala" que puedas creer que soy.

En realidad soy un olé olé, según Marite.

miércoles, 11 de julio de 2007

Little lover's so polite (o como se me eriza la piel a dos horas de cumplir diecinueve

"so much for the showdown
keeping up while keeping off
choking on the cold feet
rolling up the plastic sleeves
can't control the slow ride
little lover's so polite
"

Diecinueve. A casi dos horas de complir diecinueve. Fácil la mitad de estos años me la pasé durmiendo, pero definitivamente la otra mitad la viví "tanto como pude". Me arrepiento de cosas contadísimas (como no haber pasado más tiempo con mis abuelas, o haber "parado la mano" en las reuniones familiares cumpleañeras con los reconocidísimos panes con pollo de mi madrina Ilse), pero lo hago. Son detalles, son detalles.

Ah. Y nada más creo. Fácil mañana escribo, o fácil no.
El senil me cuadro un diecinueve en la exposición (todo coincide), bah, pero con el cerou de su calificación "subjetiva" (osea, ocho) me baja increíblemente el promedio que quería tener. Demonios.

Me iré a leer. Ahí se ven.

viernes, 6 de julio de 2007

Fake plastic trees. (o como se materializan deseos impurísimos)

"But I can't help the feeling
I could blow through the ceiling
If I just turn and run

It wears me out,
it wears me out"


Hoy me levanté semi-dormida. En realidad todavía no me termino de levantar, pero después de bañarme, secarme el pelo y vagabundear demasiado en la computadora, creo que no me puedo dar el lujo de afirmar que "sigo durmiendo".
En fin. Hace mucho que no tenía tiempo de hacer esto, ¿no? Muchos tipos de cosas me quitaron tiempo esta semana (es más, creo que le robé horas a la semana que sigue, a la adorada semana que sigue, a la mejor semana del año, y otros miles de apelativos para "esa" semana).
En una de las "cosas" que tenía que hacer, retrasada dos días, salí paradísima, excelentísima, erectísima (ya entienden pues). Defendí de las mil maravillas a un pobre curador e interdicto, entre miradas algo desorbirtadas, y una muchacha que no dejaba de hablar y hasta arrullaba al recinto de civiles. Sí, era tedioso. Sí, muchas me susurraban: "demonios, habla! no estás hablando!". Tuve miedo por 13.6457478 segundos, me vi jalada, en un rincón con un café y sin galletas de soda, de agua, de aire, de lo que sea que esten hechas esas cosas de Costa. Pero di unos cuantos puntos de vista, lei de pie a cabeza unos cuantos artículos muy ingeniosamente empleados y buscados por mi, y nada. Terminó. Receso, y caminata a la cabañita por café (no galletas eh, café nomás). Regreso, y a resumir la expo de las dos de la tarde. La de "nuestro muy querido señor senil". Y siendo yo tan torpe, pues tenía que dejar caer la tapa de un resaltador prestado al piso, con ninguna intención de que el muy perfectito asistente lo recogiese, y lo hizo.

Y atine a un "gracias", pero no me salió natural. Fue algo freaky, como diría Andrea, y como digo yo ahora por costumbre asimilada. Qué demonios habrá pasado por su cabeza. Se supone que yo soy la "mala" que nunca lo saluda, que lo ve despectivamente, que no le dice "gracias" ni "adiós" cuando entrega la maldita práctica de los jueves. Rarísimo. Extremadamente raro.

Algunas veces me dan ganas de meterme a la cabeza de los demás y saber qué piensan (lo haré eventualmente, supongo).

Lo que siguió del día fue casi anormal: entre noticias tristes y consuelos de pésame, entre lecciones de vida y anécdotas comiquísimas de Agripina y demás, y bla bla bla. Preparadísima yo para exponerle al Sr. Senil, subiome al 3er piso, y nada. Pasaron las dos horas, y nada. "Queda pendiente para el martes la exposición de Yamasaki, Garrido y etcétera". Chucha, ya no es "Alcántara y Mendoza", ahora es "Etcétera". Patricia Etcétera. Supongo que puedo acostumbrarme por la última semana que queda, las DOS últimas clases. Yo puedo, yo puedo.

En realidad todo es cuestión de empeño, esfuerzo, dedicación y motivación. Sino pffffff, mírame a mi: hoy creí que la aguja me iba a bajar la moral, pero no. Hoy me sentí tranquila y feliz, sin culpa alguna. Hoy comprendo que los sacrificios valen, cuentan. Hoy, más que cualquier otro día, creo que puedo ser "feliz".

sábado, 30 de junio de 2007

This is a song. (o como el más inesperado de los calificativos me sacó una sonrisa)

"I lie awake in the dark
Lost in the beat of my heart
Well baby look over your shoulder
you're not alone in this love"


Me permito sonreir descaradamente en estos momentos porque aquel personaje de café y saco que mencioné el otro odía me pasó una canción que quise bajar quizás unas veinte veces, sin éxito alguno. Hace un minuto la escuché, y fue la vida.

- Me encanta ese grupo, y el video en particular, no sé por qué.
- Me encanta sonreir por cosas minimalistas, no sé por qué.
- Me encanta ese personaje, pero quizás sí sepa por qué.

Ayer otro personaje (y quizás lo denomine en adelante como rojiverde, o algo así) me sacó una sonrisa. No, miento. Me sacó muchas sonrisas, no puedo envitar sonreir cuando intercambiamos palabras. Es como una reacción automática. Hablar de cañitas, venas, arterias, supersónicos y el "futuro" jamás me fue tan intrincado. No me costó dormir en la noche, pero sí el dejar de sonreir (es como esas veces en que los músculos de la boca te empiezan a gritar: IDIOTA, DEJA DE SONREIR!). Y eso que horas antes había decidido solemnemente dejar de pensar en todos los "podría ser", y a tratarlo como la más usada de mis suelas, como si no me importara más si quisieras o no volver a verme. Odio cuando me contradigo. Odio cuando empiezo a ahondar en sentimientos, odio pensar en personas que podrían o no gustarme, se me hace una mazamorra en la cabeza (aah, qué rica mazamorra). Amé que me tildaras de orate en la forma más cariñosa que encontraste en tu cabeza, fue demasiado y ahorita eso hizo que me peine con un gancho, y que se viera mi frente. Apuesto a que pondrías la misma cara...

Digamos que sólo quiero que sea un día después de mi cumpleaños primero, y luego vacaciones. Digamos que quisiera dejar de pensar en los dulces para poder llegar a cumplir mi cometido.
Digamos que ahorita me cago de hambre, y me retiro a comer.

jueves, 28 de junio de 2007

Get off my cloud. (o el terrible vacío de ser un triste senil)

"I said
Hey, you, get off of my cloud
Hey, you, get off of my cloud
Hey, you, get off of my cloud
Don't hang around
'cause two's a crowd on my cloud, baby"

Nada peor que un profesor de cierto curso problemático encerrado en sus ideas, afanoso de espejos ciegos que lo auto-alaben, de tristes y putos chupa-medias aduladores. Já, hoy no puedo evitar escribir con el hígado en la punta de los dedos. Y es que me estresa¹ de sobremanera la forma tan repentina en que mi día, a golpe de dos y media de la tarde (retraso de aquel pobre imbécil) se fue en picada a la reverenda shit (como diría Andrea, que por cierto es tan protagonista de esto como yo). Desde las seis y algo de la mañana en que abrí un ojo para vestirme y tomar un vaso de agua, decirle a Patricia que me lleve a la universidad, llegar a clase de Espinoza casi radiante, responder preguntas bien y recibir sonrisas. Prepararme para un examen, y recibir una nota aprobatoria (regularmente buena). Salir del "boom" de todos los jueves y prepararme para la próxima tortura (sí, jurídicas). Pasar esas dos horas como Dios manda, y luego otras de historia romana y demás bla bla bla's. Reir del nuevo look del bueno compañero emo, y comer la primera meriendita del día: galletitas de agua de la cabañita del G. Lo admito, me supieron a gloria. Lo más rico, definitivamente, después de dos botellas de agua. Después de eso las imágenes en mi cabeza empiezan a atenuarse en rojo con una sirena punzante, casi casi como en Kill Bill vol. 1 (lo sé, tengo que dejar de ver esa pela). No planeo caer en absurdos detalles de cómo sucedieron las cosas o qué hice después del incidente, sólo diré que TENGO QUE ENCONTRAR LA MANERA DE NO HACERME TANTO HÍGADO CON LAS COSAS. Eso.

...

Llegué a mi casa con un hambre voraz, que fue satisfecha luego lueguito por pollo. Pollo. Pollo.
Ah, y dos cucharadas de chocolate. Dos nomás. Lo siento Fá, pero ya me absolviste del crimen, y estuve en todo mi derecho de esas dos sublimes cucharadas de chocolate. Intenté dormir para matar el dolor de cabeza que tengo ahorita, pero nada. Quería comer sopa, pero dije: "Mejor no". Supongo que seguiré escuchando música y, esperando que no sé ... ¿sea doce de julio o algo así? Muero un poco por eso.



¹ Estresa, por no decir "jode". Esperen, creo que lo acabo de decir.

pd. Andrea, las burbujas sí alegraron un poco "la tarde", mi tarde.