sábado, 29 de diciembre de 2007

Una y seis.

Con lo que queda de mi labio roto te diría cosas como, no sé.
Todo debería acabar con un romántico suicidio que delicadamente espante a las muy pocas prostitutas que rodean todo, todo.
Y sí, me fui dando al miedo delicioso y a la noche, pero nunca sola - oh no. Media botella después y era no habida en cincuenta condados a la redonda (¿o eran acaso cuarenta y nueve?). Buenas noches.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermosa foto, que lástima que suela desperdiciar ese momento en una combi.