buen día señora, buen día doctor.
Maldito sea tu amor,
tu inmenso reino
y tu ansiado dolor.”
La tarde de encuentros fortuitos y putos corazones.
Nunca antes el juego de los cíclopes se había tornado tan intenso como ahora.
Y era precisamente ahora que Paula recordaba a todos y cada uno de los cíclopes que tenía guardados en su mitología.
Mítica mitología eh, mí-ti-ca.
Y grande, porque Paula no era de pequeñeces, no.
2 comentarios:
Mi reino por una tarde en Lima.
O dos.
de lo mejor de fito
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