- ¿Qué pasa? -dijo, apenas tuvo una posibilidad de hacerse oír-. ¿Se pinchó el dedo?
- No me lo pinché todavía -dijo la Reina-, pero pronto lo haré... ¡Ay, ay, ay!
- ¿Cuándo calcula que lo hará? -preguntó Alicia, que se sentía muy tentada a reírse.
- Cuando vuelva a sujetarme el mentón -gimió la pobre Reina-: el broche se va a abrir. ¡Ay, ay!
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