martes, 19 de junio de 2007

Siete días que salen a cuenta

Podría decir con completa certeza que el mundo se hace "mierda" 3/4 partes de nuestra vida, o incluso más. Para hacerlo más sencillo de explicar, hagamos de cuenta que una "vida" transcurre a lo largo de una "semana" (porque los meses son irregulares y bla bla bla).
Así, tenemos siete días.
Sí, sólo siete días para vivir.
Ahora, habría que descontarle a esos respectivos siete días las horas de sueño (por motivos técnicos) que, si es que durmiésemos un promedio de siete horas diarias, hablaríamos de casi cuarenta y nueve horas, pero para "precisar" digamos que son cuarenta y ocho, es decir, dos días enteros. DOS DÍAS ENTEROS DURMIENDO. Ojo que dos de siete es algo asi como el 28,5714286% de nuestro 100%. Interesante? No sé, a mi me acaba de chocar un poco sacar esa última conclusión.
Pero bah, sigamos.
Bien, hasta ahora tenemos que dormimos dos de esos siete días, ¿qué más sigue? Vamos, yo sé que sabes. Pues claro! A esos cinco días restantes hay que restarle cosas como las "idas" al baño, los minutos u horas de transporte, las horas frente a la computadora o televisor, etcétera. Si lo pongo en abstracto no funciona tan bien, así que pondré mi ejemplo (sólo para seguir precisando): todos los días me demoro un promedio de cuarenta y cinco minutos en ir y retornar de la universidad, dependiendo del tráfico, claro; veo un promedio de tres horas de tv, dependiendo del día y de las series; estoy frente a la computadora cinco horas y algo (para no sonar tan adicta de lo que en realidad soy); y nada más creo, las "idas al baño" son muy subjetivas, pues dependen de cada sujeto. Así, son casi nueve horas (ocho horas y cuarenta y cinco minutos en realidad) que se pasan "sin hacer nada". Traducción: nueve por cinco -> cuarenta y cinco, casi dos días (1.875). ¿Cuántos vamos hasta ahorita? Ah, como cuatro días haciendo
nada
.
Aquí ya llegas al punto en el que dices: pero demonios, ¿qué carajos estoy haciendo con mi vida? Por ahora ya sabes qué sucede con cuatro de esos siete días iniciales (y digo cuatro porque, eventualmente, mitad de ése último día se lo lleva alguna emergencia "extra", sea ir por puchos o por alcohol a la bodeguita o al grifo de la esquina). A esos cuatro días debemos sumarle el día entero, sea las veinticuatro horas contadas y justas que me la paso en la universidad, estudiando claro.
Chucha, cinco días de la semana se me fueron en los quince minutos que llevo pensando en esto, sólo me quedan dos. DOS DÍAS. Dos días en los que se supone puedo "hacer de mi vida lo que quiera", teniendo en cuenta que como tres horas al día, sesenta minutos contados, sin cronómetro, osea casi quince horas. Y pues, quince más el medio día que se presta para las emergencias, ya hacen un día entero (corríjanme si no lo creen así). Me queda un día.
Y CREO QUE SOY LIBRE UN DÍA. Un día. Porque ya conté todo lo que podría hacer. Ah no, púchica diegos, ese día probablemente lo use en "salir" y "chupar", o qué se yo. O quizás ése día se lo lleve los múltiples cigarros que "disque" te quitan minutos de vida, probablemente ya me quitaron la última esperanzita de la semana. Ah, no me quedaron días. Es más, le robé una hora a la semana para escribir esto (en relidad menos, pero ya saben que me gusta exagerar con esto de las horas).
Ah.
Estaba en un error: es más que 3/4 de mi vida que el mundo se hace mierda.
Pero, incluso asi, sí que amo mi vida (mierda), en los días en los que no estoy con "Andrés", claro.

2 comentarios:

diego dijo...

en realidad puedes disfrutar la vida haciendo lo que sea. desde viajar en el micro o auto (porque siempre hay música o libro) o en las clases pensando en cualquier otra cosa (porque... derecho... ingeniería... de verdad afana?)
yo no sé porque pongo un comentario positivo.

P dijo...

yo sí sé. eres un positivista sin remedio en el fondo, chato :)