Entonces habló de raíces.
Dijo: “me quedaré hasta que me salgan raíces”. Y, luego de explicarse, lo afirmó.
En ese momento, Paula no se dio cuenta verdaderamente de lo que había dicho, como sin querer hubiera inhibido de forma parcial cualquiera altanería u orgullo (evitando ser desvergonzada, claro). No pensó en consecuencia alguna, no. Se dejó llevar simplemente por lo que sentía, por lo que sabía su tun, tun – tun, tun, y no aceptaba tan bien su razón.
¿Qué quedó? Interpretación negativísima, minimal heartbreak for her.
miércoles, 27 de agosto de 2008
De raíces y tunes.
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1 comentario:
Suele suceder
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