Era un tanto evidente: ella no sentía lo mismo. Y eso mismo que hasta hace como tres meses le movía el suelo, y le quitaba el aire, y la hacía cantar y hacer bailes graciosos sobre-sitio, ya no le producía emoción alguna. La subjetividad innata de este sujeto que la acogía de noche, todas las noches, la abandonó. Él no tenía ya mayor trascendencia para ella. ¿Malo? No. ¿Bueno, acaso? Tampoco. Él la hacía bailar sobre-sitio, y cantar, y quitaba su aire mientras le movía el suelo, el puto suelo.
Todo es estructuras, ruidos, vacío y música. Él era música.
Música en la que no valía la pena pensar.
Ya no puede leerse como el más serugiranesco de los textos, no. Bocanada de humo, y ya. Chau, mi amor - te espero arriba.
No hay otra manera de enfocar su libertad que condicionando su naturaleza. ¿Por qué hacerla reir? ¿Por qué malacostumbrarla a un ritmo ilusorio? En serio, ¿por qué?. Él se niega (y negará) rotundamente a explicárselo, lo sé de facto. Habrá que preguntárselo a Pepé, y quizás se remita a mover el rabo, y salir corriendo. Que termine todo, nos fuimos.
martes, 20 de noviembre de 2007
El cuerpo mudo que habla, y habló.
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3 comentarios:
unete a la comunidad New Kids on the blog
asi es comunidad new kids on the blog, keremos ser la mas grande comunidad de bloggers apasionados por este deporte ke es el postear cualkier wada, recien tiene poco tiempo de nacida pero esta creciendo
Maldito Spam...
Veo que tienes ahí unas canciones de Echo & the Bunnymen, una de mis bandas preferidas.
Primera vez que me paso por aquí, un saludo.
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