viernes, 19 de diciembre de 2008

Closer (o un poquito más de sinceridad)


"You can have my isolation,

you can have the hate that it brings,
you can have my absence of faith,

you can have my everything."



Es casi en serio – las yemas de mis dedos se sienten rarísimas cuando converso contigo, cuando pienso en qué cosas estarás haciendo, en cuán enredados estarán tus cabellos clarísimos, o por qué parte del malecón estarás caminando. Trato de articular frases inteligentes, cualquier cosa para no quedarme callada, pero no – sólo atino a sonreír de forma nerviosa, morderme los labios y cambiar radicalmente el tema de conversación.

No tiemblo cuando te veo, ni al recordar los saludos y las pocas veces que nos hemos visto, pero sí cuando pienso en el beso que te di, ¿lo recuerdas? Fue algo así como tu regalo de cumpleaños, pero mucho después de tu cumpleaños. Era la noche correcta, el lugar preciso, las personas justas, todo menos la hora. En verdad maldije tanto como tú tener que irme y dejarnos con ese “qué hubiera pasado después si…”, pero eso nos deja un amplio margen de posibilidades que nos divierten antes de dormir, ¿no?


No sé precisamente por qué, ni cuándo empezó ‘esto’, pero te tengo ganas. Y unas ganas tremendísimas que, si todo sigue su curso natural, espero sean más que saciadas en cuestión de días.




1 comentario:

Sovay dijo...

qué bueno este post. las palabras perfectas y la canción ideal. no se me hubiera ocurrido otra quizás.
me gusta mucho tu blog y como escribes.