sábado, 25 de agosto de 2007

Radar (o como últimamente me falla -demasiado- mi genuino sexto sentido)




"Tanto que me dan las malas ganas,
tengo que hablar de todo un poco,
a veces muerdo, a veces sueño,
a veces tantas veces viajo
sin mi radar."


Se me congelan los dedos, y se me cierran los ojos de a pocos. Son como las dos de la tarde de un sábado que comenzó excesivamente (pero de forma muy necesaria) temprano, pero planeo dormir panza arriba lo que (me) queda antes de que se termine de oscurecer el cielo y deba planear algo nocturno. Y es que siento como si hace muchos fines de semana hubieran quitado la potestad de mi, sobre mi. Quiero salir.

Y quiero beber, y bailar y divertirme (reirme un rato, vamos) y cosas por el estilo, sin tener necesariamente una canción en repeat indefinido en mi cabeza. Creo que alguna vez le dije a alguien que solía escribir en mi blog justo después de conversar con cierta persona que me hiciera pensar un poco más sobre mi condición y de como suelo variar (a veces hasta intempestivamente) mi carácter: soy un fosforito, siempre lo dije; pero hoy no necesité de la conversación de nadie para "animarme" a escribir un rato, a ponerle puntos a mis íes (porque nadie lo hace por mi...mejor que yo al menos no).


Y resulta, pues, que debido a intensas reflexiones de domingos por la tarde, o madrugadas un tanto frustradas, descubrí que puedo ir condicionándome de a pocos. No como a un perrito al que se le enseña a dar la pata con una recompensa en forma de huesito, no. Nunca tanto. Puedo condicionarme sobre mil temas y diversos escenarios: "Patricia, mañana creo que te olvidarás la cajetilla de cigarros y no comprarás tres por un sol afuera" o "Ehm, creo que hoy no llevarás dinero extra porque te levantaste con antojos y hoy no es día de chocolate" o "Mejor te quedas calladita, dejas que hable hasta que se canse y le dices todo lo que opinas (o dejas de) en tu mente". Siempre, y hasta en los escenarios más inhóspitos, pero jamás en lo referido a decidir quién me gusta, quién no y en quién debería dejar de pensar o quizás a quién le intereso y ese tipo de cosas. Es lo peor de lo peorcito.

En este preciso momento me dan ganas de saber qué demonios quiere determinada persona de mi, o cómo podría hacer para (no sé) crear intereses (nada vacíos), o manipular a tu genio maligno para que te inclines por mi, y sepas que es bastante genuino cada detalle que me molesto en tomar para nunca dejar nada suelto: siempre termino contestándole a la persona (no sé si equivocada o no) muy a pesar de mi rotunda negativa no quedarme más de quince minutos viendo un estúpido monitor, esperando a que una luz anaranjada intermitente me diga que por fin te decidiste a articular una imbecilidad de nuevo (sí, de nuevo) porque casi siempre es lo mismo. Yo no estoy para esos trotes, no. Yo (en mi ilusa cabeza) me condicioné para no ir detrás de nadie, ni esperar nada a cambio. Me odio un poco por no tener una recompensa en forma de huesito que me motive a no hacerlo. Creo que fácil es más que "un poco".

Y se me terminaron de congelar los dedos y de cerrar los ojos. Espero dormir sin sueños, y sin babas en mi almohada o gatos mirándome indefinidamente. También espero que "Dios y su divina providencia" me mande un muchachito bien: que no le joda mi música, y que me de chocolates (es mucho pedir?).


*

P1: "Sí, sí, siempre es lo mismo contigo Patricia. Tienes que dejar de pensar en eso".

P2: "Recuerda: la vaca y la leche, la vaca Y la leche".

P3: "Las chicas somos más buenas...más fáciles...putas; los hombres son imbéciles siempre, no saben dominarlo".

P4: "Deberías decirle para salir"
Yo: "Pero ya le dije cuchomil cosas, mil indirectas para hacer algo, y nada"
P4: "Ah entonces creo que fácil o es lento o no le importas, aunque me inclino más por lo primero"
Yo: "Lento E imbécil, definitivamente. No lo esperaré por siempre".

1 comentario:

Anónimo dijo...

No dejes que piense sólo en amistad. A veces caminar a tientas es tan peligroso, que preferimos permanecer en su lugar.

A veces es tan útil pensar en dejar de pensar en alguien... felizmente no tengo a J en el msn, nunca jamás.