domingo, 9 de mayo de 2010

No I in threesome (o cuentos de Florentino/respuesta pa-ra-ti)



Hola. Creí que nunca responderías.

Yo me acuerdo de una de las últimas veces que pisé Florentino, a una hora ridículamente temprana, como era costumbre, en uno de esos fines de semana más de mi vida de hace unos cuantos años. Y de como no pareciste inmutarte en lo absoluto por mi novísima cabellera pelirroja cuando me viste de pronto, o creo que más bien dijiste un “hmm sí te queda normal” o “sí, te queda bien”, y luego te fuiste porque algo pasaba con algunos cables o amplificadores, o simplemente te llegó al pincho verme, qué sé yo. O hasta creo que fue básicamente que esa noche tendrían un baterista “fuera de serie” (que luego me enteré habías sido tú) y todo era más estresante de lo que usualmente es tocar en un establecimiento abierto al público, con todos tus amigos/conocidos/no tan amigos/enemigos/totales ‘x’ esperando el mejor de los conciertos, el mejor. Ese día estabas igualito a Alex Kapranos, ¿sabes? con esa casaca de cuero. ¡Qué te puedo decir!, de re-chu-pe-te. Creo que estaba “ella” esa vez, tu nueva chica de lentes y nombre franchute, y recuerdo que le dije a mi amiga lo celosa que estaba al verte con ella, o ella hablándote al oído a decirte qué carajos pues, cosas de novios, supongo, fácil pura cochinada.



Fácil he confundido dos noches completamente diferentes. Pero no es mi culpa, tocaron demasiadas veces (o quizás muy pocas) en Florentino. Qué tales épocas.



Y si no estamos tan lejos como dices

y quisiera hablar contigo,

¿se puede?



Babe, it’s time we give something new a try,

Oh, alone we may fight, so just le us be free.




PD: Me gusta leerte, casi siempre.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Franz Ferdinand (o la posible mejor nochecita del 2010)




Everything was just as exquisite as thought it would be. I literatelly couldn't stop feeling, they took everyone out - Alex K took me out, several times -, they burned the hell out of Lima, got us all hiiiiigh, took us to the dark of the matinee, screamed WHATS WRONG WITH A LITTLE DESTRUCTION, and reminded us that we only work when... we need the money ♥
...and THEY MADE SOMEBODY LOVE ME! Truly, last night was wild.

Probablemente añore anoche todas las veces que sean necesarias hasta que se repita, y se repita, y se repita, y se repita, y se repita, y se repita.


Eso sí, no será la última vez que nos veamos, baby,
pero sé que la próxima será mucho mejor.

domingo, 7 de marzo de 2010

Promise (o un día en nuestra vida)

Ésta es tu historia. Nuestra historia, baby, si no hubiera sido una niñita engreída y estúpida. Y lo peor de todo es que tuve hasta dos oportunidades de ser feliz contigo, y la cagué en ambas. Recuerdo lo bonito y entretenido que era hablar por teléfono, no sólo porque fuera "gratis". En fin, un día en nuestra vida hubiera sido más o menos así - te lo regalo, sólo porque soñar es gratis, y porque jamás hubiera dibujado gatos en tus notas (no a menos que tú me lo pidieras).

Imagina un departamento en el malecón, quinto piso, sólo porque sí. Y una gran cama blanca con muchas almohadas. A mi me gusta despertar poniéndole empeño a cada pestaña. A ti te gusta fastidiarme con eso, no sé por qué. Los besos de buenos días en la frente me hacen sonrojar, y lo sabes. Cocino las delicias más ricas de nuestro mundo para ti. Me dices que preparo el mejor desayuno de la vida., y te creo por pocos segundos. “Cariño, calla y come”.

Media mañana. Caminamos como si tuviésemos zapatos de algodones, o al menos yo lo hago. Me gusta, a veces, tu forma de vestir. Nuestras caminatas eran de lo más pintorescas porque éramos tú y yo. Tú y yo. Con una cámara, o con una guitarra. O montando bici. Comiendo dulces, o yo haciéndome la dulce y susurrándote una canción sexy para que me tuvieras hasta entre tus piernas. A ti te encanta ver mis manos y criticar el color del esmalte si no te gusta, terco. Mi sonrisa contigo es linda, cálida - mis pupilas, uf, tiernas. Es lo mejor del mundo para ti, y lo peor del mundo para mi. You make me want to pick up a guitar and celebrate the myriad ways that i love you. Incluso a mi me gustan más mis manos ahora, pero creo que no más que a ti, maldita sea.

De hecho tenemos muchos atardeceres y nochecitas, pero no hace falta que describa nada, estoy más que segura que tú los tienes tan claros como yo. Nunca nos hubiera faltado música, ¿sabes? Sí, yo nos veo como una Zooey Deschanel y un Ben Gibbard. Nunca tanto como para ser una parejita de película, pero sí para un corto con callecitas de Nueva York, bares y putitas, y cositas por el estilo.



Bonita, bonita. Es como la cuarta vez que pienso en nuestra historia, pero recién tengo lapicero. Verás, estoy en el más remoto de los lugares (un parque de por mi casa), en la más inesperada de las horas (nueve y cuarenta y dos de la noche, pleno reparto de oscaritos), y tú probablemente en la compu haciendo “nada”, o quizás componiendo, pero no viendo tele. O quizás estés con una chica - eso sí que sería interesante, ¿no lo crees?
En realidad esta historia siempre estuvo en ti, y en el primer beso que nunca nos dimos.

Supongo que no tiene mucho sentido escribirle al vacío, right? Ni siquiera puedo recordar el maldito link de tu blog.





P.D.: La vez que salimos, de adeveritas, pensé en besarte tres veces. En toda la noche, tres veces, just so you know.

domingo, 28 de febrero de 2010

Bad romance (o la historia de "free bitch, baby")

Érase una vez, una retorcida “free bitch, baby”, que habitaba en una linda, pero pequeña ciudad. Sí, ella vivía en una linda urbe donde, para su infortunio, todo el mundo se conocía – era una nuez, semi envuelta en un pañuelo.

Todas las mañanas, con el cantar del ruiseñor en la aurora, ella se levantaba y repetía a si misma lo bonita y perfecta que era su vida y todo lo que la rodeaba – era una de las grandes mentiras que más le gustaba alimentar.

Sí, nuestra pequeña “free bitch, baby” manejaba el tema de las falsedades y la hipocresía a la perfección. No había cosa en el mundo que le gustara más que iniciar una tórrida conversación sobre cualquiera (y cuando digo “cualquiera” incluyo, por supuesto, a su círculo de amistades nuclear, a los más cercanos, amigos-de-toda-la-vida). Pero lo peor de todo no era las cosas que decía, oh no, sino su escandalosa e irritable voz. Vocinglera como ella sola, tenía el don (ah sí, tenía “uno”) de hacer que una manada de hienas sonara como un coro de ángeles (en comparación a sus gritos y berridos, anything). Ella era todo clamor, nada glamour (muy a su pesar, claro).

Pero ser así no es nada fácil, no no no. Nuestra “free bitch, baby”, a lo largo de su vida, ha pagado un precio muy alto por ser un pequeño fame monster (que de famoso no tiene nada), todo a cuenta de todas sus acciones, todas.

Oh, pobre “free bitch, baby”, que una vez dijo que “había cientos de hombres en el mar”, perdón, “miles de peces en el mar”, y que no valía la pena ponerse mal por ninguno de ellos. Qué desastrosa la suerte de bacalao de nuestra pequeña princesa, ¿o será su pobre y poco criterio el culpable de todas sus desgracias? Parece que uno siempre siempre siempre termina cosechando lo que siembra, y por más vueltas que de la vida, el karma se encargará de darte un podrido bad romance si lo mereces. Y, querida, tú sí que los ameritas (todos y cada uno).



Con historias como esa, ¿who needs revenge? No odies tu vida, a mi me divierte.


PD: No, en ningún momento comparé a “free bitch, baby” con Lady Gaga. No tienen nada en común, salvo estar locas, y ya.

viernes, 19 de febrero de 2010

Todas las hojas son del viento


“¿Por qué es más bonito caminar cuando estás enamorado?”

Porque es más bonito caminar cuando estás enamorado.





Yo todavía creo en él (no diré amor por rabiosa),

y en las hojas del viento que bailan y caen

mientras atardece en el malecón.





P.D.: Me encantaría hacer un cuento, pero ando falta de "ideas", ¿me das alguna?

domingo, 14 de febrero de 2010

Diego, diego.

Mis siete "cosas" de ayer y hoy, para ti:

  1. En realidad son pocas las personas que conocen mi primer nombre (“Rosa”), e incluso son contaditas con las manos aquellas que pueden decirme “Rosa Patricia” sin recibir una mirada extraña de mi parte.
  2. Ahora que lo pienso, con el paso de los años he ido adquiriéndole gusto a mi nombre compuesto, por momentos hasta siento que da caché.
  3. Amo la música, y la necesito todos los días. Caminar al ritmo de algo se me ha hecho tan natural como respirar o escuchar a alguien estornudar y decir “salud”.
  4. Amo la comida, uf, es hermosa – pero nunca en exceso, no.
  5. Montar bici se ha convertido en mi pasatiempo favorito, sin dejar de lado la fotografía y uno que otro cuento en el camino.
  6. Me gusta imaginar muchos escenarios posibles acerca de una situación.
  7. Y mirar las expresiones de la gente al caminar y viajar en combi.





So, now you know.

sábado, 13 de febrero de 2010

( )

A mis más queridas grageas:


Luego de meses sin, bueno, “escribir”, vengo otra vez. Ha pasado mucho desde la última vez que sentí la verdadera necesidad de… hacerlo. Y no por falta de cosas y/o personas qué contar (believe me, i’ve got plenty), sino en parte por pura flojera, dejadez, pereza, desidia, o como quieran llamarlo. También por tiempo, supongo, aunque en un porcentaje mínimo. Si esto fuera una confesión, tendría que admitir que no escribía porque no tenía ni la más leve ansiedad escritora requerida para, no sé, relatar un parrafito corto (muy pintón, claro). Nunca fue mi intención que esta ausencia se prolongara tan descaradamente en el tiempo (como efectivamente sucedió).


Agregaría que me carcomió un poco la culpa, pero eso sería irme en explicaciones, así que simplemente les diré:


regresé.




Y por ahí nos vemos.


domingo, 27 de setiembre de 2009

Revelry (o capítulo de corte lovesong)



What a night for a dance, you know I’m a dancing machine. Pienso que cada uno de nosotros es una historia – cándida, horrorosa, acosada e incluso de sonrisas increíblemente contagiantes, pero todas historias. Yo, particularmente, una algo trillada y extrañamente fatal.
Y que todo y cada encuentro-interacción que tenemos con los demás son los capítulos que la componen. Y dirán “¿qué hay de los momentos reflexivos, introspectivos?”.
Ah, claro. Esos son capítulos con uno mismo, naturalmente. Woo hoo hoo, woo hoo hoo.





Pero no quiero hablar de esos capítulos de abstracción. Hoy quiero hablar, por fin, de un capítulo de corte lovesong que no llegó a ser por pura inercia propia.
De un cándido y acosado capítulo, con la sonrisa más que increíblemente-contagiante que he visto, y de la que he sido hasta envidia pura (celos necios de otra historia a la que le gustabas mucho, o sigues gustando, pero que te llegó al cuete –perhaps– por su tendencia acosadora). Creo que por primera vez, y en esos días iniciales, me sentí parte de la típica maraña “eres el nuevo crush del chico al que una chica (algo stalker) se moría por atrapar” – y me gustó esa sensación.

En realidad, fue un capítulo muy lindo, y si me pusiera a contarlo me iría en páginas que preferiría –al menos de momento– no añorar. Y si alguna vez lo hiciera, ya sabes, contar nuestro capítulo de corte lovesong, sería porque sabría que no se quedaría en nostalgias. ¿Vale? El tiempo que viviríamos sería bonito para mi, pero por mientras i’ll keep dreaming of revelry.


Pd: No hay ni una sola palabra en esta entrada que tenga tu inicial, ah. Ni una, y sólo para que sepas que te hablo a ti.