domingo, 7 de marzo de 2010

Promise (o un día en nuestra vida)

Ésta es tu historia. Nuestra historia, baby, si no hubiera sido una niñita engreída y estúpida. Y lo peor de todo es que tuve hasta dos oportunidades de ser feliz contigo, y la cagué en ambas. Recuerdo lo bonito y entretenido que era hablar por teléfono, no sólo porque fuera "gratis". En fin, un día en nuestra vida hubiera sido más o menos así - te lo regalo, sólo porque soñar es gratis, y porque jamás hubiera dibujado gatos en tus notas (no a menos que tú me lo pidieras).

Imagina un departamento en el malecón, quinto piso, sólo porque sí. Y una gran cama blanca con muchas almohadas. A mi me gusta despertar poniéndole empeño a cada pestaña. A ti te gusta fastidiarme con eso, no sé por qué. Los besos de buenos días en la frente me hacen sonrojar, y lo sabes. Cocino las delicias más ricas de nuestro mundo para ti. Me dices que preparo el mejor desayuno de la vida., y te creo por pocos segundos. “Cariño, calla y come”.

Media mañana. Caminamos como si tuviésemos zapatos de algodones, o al menos yo lo hago. Me gusta, a veces, tu forma de vestir. Nuestras caminatas eran de lo más pintorescas porque éramos tú y yo. Tú y yo. Con una cámara, o con una guitarra. O montando bici. Comiendo dulces, o yo haciéndome la dulce y susurrándote una canción sexy para que me tuvieras hasta entre tus piernas. A ti te encanta ver mis manos y criticar el color del esmalte si no te gusta, terco. Mi sonrisa contigo es linda, cálida - mis pupilas, uf, tiernas. Es lo mejor del mundo para ti, y lo peor del mundo para mi. You make me want to pick up a guitar and celebrate the myriad ways that i love you. Incluso a mi me gustan más mis manos ahora, pero creo que no más que a ti, maldita sea.

De hecho tenemos muchos atardeceres y nochecitas, pero no hace falta que describa nada, estoy más que segura que tú los tienes tan claros como yo. Nunca nos hubiera faltado música, ¿sabes? Sí, yo nos veo como una Zooey Deschanel y un Ben Gibbard. Nunca tanto como para ser una parejita de película, pero sí para un corto con callecitas de Nueva York, bares y putitas, y cositas por el estilo.



Bonita, bonita. Es como la cuarta vez que pienso en nuestra historia, pero recién tengo lapicero. Verás, estoy en el más remoto de los lugares (un parque de por mi casa), en la más inesperada de las horas (nueve y cuarenta y dos de la noche, pleno reparto de oscaritos), y tú probablemente en la compu haciendo “nada”, o quizás componiendo, pero no viendo tele. O quizás estés con una chica - eso sí que sería interesante, ¿no lo crees?
En realidad esta historia siempre estuvo en ti, y en el primer beso que nunca nos dimos.

Supongo que no tiene mucho sentido escribirle al vacío, right? Ni siquiera puedo recordar el maldito link de tu blog.





P.D.: La vez que salimos, de adeveritas, pensé en besarte tres veces. En toda la noche, tres veces, just so you know.

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