Con lo que queda de mi labio roto te diría cosas como, no sé.
Todo debería acabar con un romántico suicidio que delicadamente espante a las muy pocas prostitutas que rodean todo, todo.
Y sí, me fui dando al miedo delicioso y a la noche, pero nunca sola - oh no. Media botella después y era no habida en cincuenta condados a la redonda (¿o eran acaso cuarenta y nueve?). Buenas noches.
1 comentario:
Hermosa foto, que lástima que suela desperdiciar ese momento en una combi.
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