domingo, 21 de noviembre de 2010

< 3 (menor tres)

Casi como de la nada
los montones densos te soltaron.

Y entonces allí estabas,
en tu usual lecho de muerte,
de un color ámbar
que da miedito.

Y me deja adivinarte
entre mis labios
-deliciosamente-
como queso,
queso.