sábado, 25 de octubre de 2008

Retours



Volveré mañana, nada está perdido (los golpes tarde o temprano se olvidan).
Detente, y por nada del mundo apagues el celular esta noche.

Me marcho, no volveré. Olvídate de tocarme otra vez.

martes, 21 de octubre de 2008

Me voy a morir tanto de amor (o lo feo que es añorar cosas que se creen definitivamente perdidas)

Juraría trescientas veces –si pudiera– que mis horas más débiles se hicieron precisamente para contener crudamente en las cuatro paredes que alojan –día y noche– mis terribles y latentes ganas de hablarte. Pero no de hablarte a ti, antojadísimo tontito, sino a lo que fuiste, y que también fui yo, y que comenzó un no tan enfermo viernes seis de junio, y que no sé si terminó hace no tanto el fatídico día de mi casi-muerte (que detesto recordar).

Y (así) me voy a morir de tanto amor –recordando– y toda mi emoción e ilusión se harán lágrimas en mis ojos y caerán por mis mejillas y cuello, y hasta lleguen a los pechos míos que quizás, sólo quizás, llegues a besar y conocer un día.

Entonces imagino el día, ah (si es que llegase) en el que por fin pueda posar ambas manos en tus orejas, y besar tu frente y labios, y oler tu cabello, y probarle así al mundo que no debe temer más por mi, que le abro mi corazón a viento y marea, y al sol (porque la luna me tiene completa ya). Y gritaré (muy a tu pesar) que estoy dispuesta a sentir y ser sentida, y que mis horas no serán más débiles porque estaremos abrazados dentro de las cuatro paredes mías (y si quieres tuyas) y sonará toda la música que imaginé escucharíamos la primera vez que nos encontráramos así, mirándonos fijamente a los ojos, sin necesidad alguna de palabras (porque sobrarían) y sin diferencias horarias (que más de treinta y nueve veces detesté).

Ahora, pues, no sé si deba morir de amor, y menos por ti (o por lo que fuiste, y que también fui), pues si de eso realmente fuese a morir preferiría evitarlo (a toda costa), y cerrarme a viento y marea y sol (no sería sano). Llámame orgullosa, egoísta, miedosa, me importa una mierda – al final quien termina cuidando de mi soy yo (y es terrible llorar sobre platos rotos).

Y ya ves, no sé por qué de repente me puse a llorar, sin saber exactamente por qué (o sabiéndolo a la perfección) y adivinando el sabor salado que tendrán esas lágrimas cuando bajen por mis mejillas, pero no lleguen a mis pechos, y a la curiosa peca de mi seno derecho (que nunca pensé en regalarte, por cierto).

PD: Nunca te tomaste la molestia de preguntarme si me gustabas, ¿sabes? Y pude ser lo mejor que te ha pasado en la vida.

domingo, 19 de octubre de 2008

La Dispute (o las dos caras de mi limeña moneda)




X: creo que sólo tengo ganas de "ver y visitar" Lima, no me gusta la ciudad como para vivir en ella. Lima siempre será Lima, y eso es lo malo. No evoluciona, no cambia.

P: a ver, acá podría decirte varias cosas, y no puedo escoger cuál, así que no diré nada.

X: dime una, la que tú quieras, y la que creas más importante

P: hmm la más importante, pues

X: dime

P: Lima no siempre será Lima. Nuevas cosas aparecen, las calles cambian, nueva gente transita, abren nuevos lugares y las estaciones del año no se contentan con el período de meses que les toca. Y todo esto no lo sabes a ciencia cierta porque no vives aquí.
Por otro lado, Lima siempre será Lima porque las cosas viejas no desaparecen, porque las mejores calles se quedan como están, porque la gente antigua sigue en las bancas y cafés de miraflores, los lugares de antaño siguen igual, y las estaciones se quedan - los veranos son asquerosos y los inviernos terrible (y encantadoramente) fríos.

P: Y lo sabes porque vienes de visita, y la gente te lo cuenta tal cual

X: Lima es así desde hace mil años… Todas las ciudades hacen eso. Yo hablaba de..

P: de qué

X: todo en general... evolucionar, no abrir tiendas nuevas, cambiar el modo de la gente, no mejorar calles. Lima es una ciudad muy bonita, pero desorganizada y anclada en no querer evolucionar, y eso termina por atraparte.

P: sólo si eres lo suficientemente (o poco) inteligente para que lo haga.




jueves, 16 de octubre de 2008

De bares y gestos.

No podía dejar de mirarla, y hasta parecía comerla con los ojos. Toda, toda, desde su escote nada mojigato, hasta sus largas y contorneadas piernas ligeramente cubiertas por unas pantys que no podrían asegurarle calor alguno en las frías calles barranquinas. Qué rica está – pensaba ella. Será para mí, y sólo mía.

- ¿Tienes fuego? –dijo, haciendo un gesto de encendedor.
Sí, y te prendería todita – pensó. No podía decir eso, aunque se moría de ganas por hacerlo. La asustaría, y luego no tendría oportunidad alguna de abordarla más adelante.
Sí, claro, toma. Y le encendió el porrito que tenía.

- Es un imbécil, realmente lo es. No sé por qué siempre me pasa lo mismo. Creo que seré monja, o lesbiana. Rió.
Me parece una excelente idea, lo segundo, digo.
Y le sirvió un poco de cerveza.

Acto seguido: la besó. Sus labios eran tan suaves y rosados como los venía adivinando. Ella no la alejó, y para su sorpresa le devolvió el gesto tiernamente.

¿Qué demonios pasa acá? Nada, nada.

martes, 14 de octubre de 2008

Cherry Blossom girl (o incertidumbres sabidas)

"I'll never love again
Can I say that to you
Will you run away
If I try to be true
Cherry blossom girl"





No sé qué pensar,
No sé qué decir,
No sé qué sentir.


Pensé detenida y cuidadosamente qué decirte acerca de lo que siento, y nada.
Al final no hice nada. Al final me quedé en nada. Al final creo que soy nada.
Nada, nada, nada.

Y es que je ne sais déjà pas ce que je dois sentir, chéri
pero cada cosa que dejas de hacer
me lleva a ser tan fría
como lo va siendo
esta primavera.

sábado, 11 de octubre de 2008

Waltz for Marguie (o nochecita de tres pe's)

Le cogía las manos con la devoción de cuatro feligreses en un domingo de Pascua, sólo para asegurarse de que estaban allí, y en ningún otro lugar. Entonces la miraba detenidamente a los ojos, y ella le sonreía: parecían amarse de toda la vida. Caminaban entre la gente casi al mismo paso, buscando sus asientos como si hubieran llegado hasta ése preciso lugar a buscar cobre. Ella miraba el escenario con cara de niña risueña que acaba de descubrir lo delicuescente que resulta un algodón de azúcar desvanecido en la boca – “Será muchísimo más que genial, será la vida entera” dijo, y quien le tomaba las manos le cogió el rostro y le dio un beso. “Siempre te ____ré por esto”.

Pocos minutos más de lo acordado pasaron, y se apagaron las luces. Cada nota que desprendían sus dedos (sobre su elemento) causaban conmoción en todos los presentes, pero más aún en aquellas dos personas que no podían, en su asombro, creer su suerte. La melodía sutilmente gris con la que comenzó (la que suena precisamente ahora) fue la mejor, el momento más íntimo, más cálido, más anhelante, con el que se enamoraron, comprendieron y aborrecieron la vida y todos sus instantes, maldijeron su suerte de ladrillos felices, y en el baño de la esquina del lugar sellaron todas sus diferencias con un beso (improvisado).

Fue una promesa, un idilio de pimpollos que hace no mucho salieron del cascarón, no necesariamente preparados para vivir todo lo que -hasta ahora- les había traído el camino, pero sí para fumar al lado de éste, simplemente esperando a que todo (finalmente) pase. Así, sin más, querían ser todo.
Querían creer que podían más que el amor, y ser más fuertes que el Olimpo; que podían quedarse o escapar sin decirle a nadie, y dar y amar y hacerlo fácil; que sus vidas no eran más sus vidas, pero que eso estaba ok; que llevan un destino errante, y marcas en la piel… que para ellos ESO resulta ser el amor después del amor.

Fue una más de las mejores nochecitas limeñas.
Precioso, preciso, perfecto.

jueves, 9 de octubre de 2008

Fell in love with a boy (o causalidades bien particulares)

"Come and kiss me by the riverside,
Sarah says it's cool,
she don't consider it cheating".




Increíble, así. Resultaste ser uno de los muchachitos más encantadores, inteligentes, y perversos hasta la maldad de la mejor noche de martes de mi vida.


No me sorprendería para nada que terminaras siendo el personaje principal de mi novelita lumpen eh, o que quizás hayas sido tú desde siempre quien de una manera extraña, rarísima y telepática, me inspiraras a escribirla - veamos cómo vas desarrollando tus argumentos en mi trama.

PD: Yo me enamoré de aquel personaje, casi perdidamente.

domingo, 5 de octubre de 2008

My one and only love (o bares y preguntas de madrugada)

Fin de semana. Una noche, una pareja, y un bar. Altísimas horas de la madrugada, de esas en que una mujer se levanta de la mesa, y el hombre que la acompaña le pone su pequeño abrigo sobre los hombros (descubiertos) para marcharse.

Quiero decir, ¿no me deseas? –dijo ella, mientras acomodaba su cerquillo y abría
los ojos, dejando luego que sus párpados caigan y descansen un poco. Bebió un
sorbo del apple martini que tenía enfrente.

Él tomó su pálido y suave rostro con ambas manos. Rozó sus mejillas (sutilmente) rosadas, y se le acercó un poco más. Yo… –dijo, mirándola
profunda y profusamente, acercándose a su boca.

Ella sonrió. No digas nada, lo siento. Fui demasiado directa –dijo, y cogió sus manos, apartándolas de su rostro. Es un poco tarde, será mejor irnos.


Lo cierto era que ella no estaba siendo para nada directa, pero él todavía era muy lento para entenderlo. Tan lento que parloteaba incoherencias e intentaba llamar su atención de cualquier manera cada vez que podía (toda vez que podía), en vez de ser todo lo que prometía en sus (escasos) momentos de lucidez emocional.

Qué haré contigo –pensaba ella de camino a casa, e intentaba que su corazón
latiese cincuenta y seis veces por minuto, como cuando tomaba una taza de té
(verde), y no más.

viernes, 3 de octubre de 2008

Asintético de cinco pe eme.

Soy el rocío imberbe que dejó la garúa de madrugada,
la nota más agridulce de una canción de amor y despedida,
el color más alegre de tu caja de crayolas infantiles
y el botón que dejaste caer anoche, esta noche.



This love isn’t good unless it’s me and you, you know.