domingo, 30 de marzo de 2008

Realmente, sin culpa y con (casi) dieciséis motivos.

Por qué amamos a los hombres II¹.

1.- Nosotras, las mujeres, ya nacemos detectives. A nuestros ojos, todos los hombres son sospechosos y sus aventuras acabarán siendo descubiertas. Es solo cuestión de tiempo.
2.- Aunque no estemos enamoradas de ti, escuchar un "te quiero" es siempre un bálsamo para nuestras almas. Y si no nos lo dices, nos vamos a dar cuenta y nos pondremos tristes.
3.- Nos pasa lo mismo con "¡qué guapa estás!". Se tarda menos de dos segundos en pronunciar estas tres palabras mágicas, capaces de transformar nuestras pesadillas en verdaderos cuentos de hadas.
4.- Si te preguntamos qué ropa nos ponemos, no te enfades si al final decidimos vestirnos justo con lo opuesto de lo que elegiste: forma parte de nuestra naturaleza.
5.- En una fiesta, somos capaces de escanear el salón en menos de un minuto y saber quién nos interesa. Estate atento.
6.- Pensamos en sexo con la misma compulsión que los hombres, si no más. La única diferencia es que no lo demostramos.
7.- Si nada más conocernos, nos invitas a cenar y no aceptamos inmediatamente, no te preocupes; es que necesitamos unos días para perder los kilos sobrantes que, según creemos, nos arruinan constantemente las vidas.
8.- Las mujeres siempre se acuerdan de todo. Si preguntas cuándo nos conocimos, ninguna de nosotras va a decir: "En una fiesta", sino: "Fue un martes, justo después de una cena en la que nos sirvieron ensalada y un guiso de pollo, tú llevabas chaqueta negra y tus zapatos eran de la marca tal, etc."
9.- Por mucho amor que seamos capaces de dar, hay siete días en los que preferirimos estar lejos de todo y todos. En esos casos, tienes dos opciones: atarte a un poste y esperar a que pase la tempestad o correr a la joyería más cercana y comprarnos un regalo. Recomendamos la segunda opción.
10.- Tenemos el mismo poder de raciocinio que los hombres, pero es mejor que no lo notes o empezarás a sentirte inseguro. Las mujeres que lo dejaron demasiado claro acabaron solas.
11.- Nos encanta cualquier tipo de pelo en el cuerpo masculino, aunque la depilación sea nuestra tortura favorita.
12.- Detestamos hacer el amor cuando no tenemos ganas, pero lo haremos de todas formas y tú no te darás ni cuenta.
13.- Juega con nuestros animales domésticos y con nuestros niños y jugaremos contigo. Ignóralos y nosotras te ignoraremos a ti también.
14.- Las mujeres disponen de una visión de rayos X. Podemos mirar hacia unos ojos negros y duras y descubrir al niño que hay en el fondo, y podemos también fijarnos en unos angelicales ojos azules y encontrar al demonio que se esconde tras ellos. Sabemos cuándo un hombre finge que duerme de cansancio o (lo que es aun más evidente) cuándo finge no estar durmiendo con otra persona.
15.- No todas las mujeres quieren casarse y tener hijos. Muchas solo desean orgasmos y animales domésticos.
16.- Si tenemos que discutir algo contigo, no quieras darnos la solución: nosotras ya la tenemos. Se trata apenas de un pretexto para evitar que la relación se convierta en algo aburrido.

So, so true.



¹Extraído de "La columna de Coelho". Suplemento Mi Hogar. EL COMERCIO, Domingo 30 de marzo del 2008.

sábado, 22 de marzo de 2008

Brighter than sunshine (o como lluvias no-maricas develan verdades)

I never understood before
I never knew what love was for
My heart was broke,
my head was sore
What a feeling




Realmente Paula nunca se había detenido entre dos tiempos para dejar de atormentarse tanto con (valga decir) tormentosos hechos que habían cambiado (sólo) un poco su manera de ver las cosas y entender el mundo en que había caído estratégicamente hace ya diecinueve años casi.
Fue de repente a las nueve y veinticinco de la noche que se le antojó escuchar "The Rain Song", y como por arte de magia, empezó a llover.

Y no fue una lluvia marica, no.

Fueron gotas tan bien elaboradas que consiguieron mojar íntegro su pequeño patiecito jungla, y mojar las plantas que había olvidado alimentar.

Finalmente no le importaba más su (valga decir, again) tormentoso pasado, sabía que tamaña coincidencia no era puramente casualidad. Roberto Planta y Jaime Página supieron moldear la canción perfecta para momentos como esos, y lo hicieron tremendamente bien.

Fueron gotas de verdad, reales, que le sacaron tres sonrisas tres a Paula. Era algo así como el cierre perfecto de un sintético verano. Con la cabeza y su vestido un tanto mojado, abrió los brazos y los extendió en toda su longitud, cerró los ojos y con una amplia sonrisa, susurró: gracias.

martes, 18 de marzo de 2008

Shady lane (o el verdadero "perfect timing")

"Glance, dont stare
Soon youre being told to recognize your heirs
No, not me - I'm an island of such great complexity."






Tres y seis pe-eme.
Best tres y seis pe-eme.

jueves, 13 de marzo de 2008

Tres miligramos de bromazepam.




"Los arrepentimientos y las abjuraciones, la predilección por los pequeños conjuntos, las misteriosas grabaciones con seudónimos y denominaciones impuestas por marcas de discos o caprichos del momento".


Línea 29. Archivo de Rayuela. Dos y cuarenta y tres de la mañana.
Nota: No tomar ansiolíticos en la tarde, jamás, ni mezclarlos con relajantes musculares - puede producir insomnio cruel de madrugada.

lunes, 10 de marzo de 2008

Como sardinas empaquetadas en una pequeña lata de metal.

Estaba a punto de acabar la serie favorita de Paula, cuando de pronto comenzó a vibrar su celular, y a sonar una entretenida canción de sus buenos Beatles. Por un minuto no creyó el nombre en la pantalla del mismo, y saludó efusivamente a la persona que se encontraba del otro lado:

- Aló, C preciosísima?
- Sí, P, no sabes. Tengo algo que contarte.

Paula escuchó detenidamente. Se rió un par de veces, y se tapó la boca constantemente en el minuto con veintisiete segundos que duró su conversación. Realmente esperaba cualquier cosa menos eso. Todo menos eso.

- Tengo que cortarte, P.
- Ok, pero tenemos que hablar más tarde eh.


Es a lo que, seriously, ¿cómo demonios vino a complicarse todo de manera tan sencilla ahora?.
La paciencia es una virtud, y Paula necesita un dispensador de paciencias y virtudes.
Y de grageas de valeriana, porque le quedan muy pocas.

viernes, 7 de marzo de 2008

A través del espejo.



- ¿Qué pasa? -dijo, apenas tuvo una posibilidad de hacerse oír-. ¿Se pinchó el dedo?
- No me lo pinché todavía -dijo la Reina-, pero pronto lo haré... ¡Ay, ay, ay!
- ¿Cuándo calcula que lo hará? -preguntó Alicia, que se sentía muy tentada a reírse.
- Cuando vuelva a sujetarme el mentón -gimió la pobre Reina-: el broche se va a abrir. ¡Ay, ay!